Santiago Urdiales Márquez (30-8-1982) llegó al Caserío en el año 2015 y desde entonces ha sido una figura clave en el club amarillo, hasta el punto de acariciar el ascenso a la Liga Asobal y disputar una fase final de la Copa del Rey, algo que por méritos deportivos nunca había logrado un equipo de Plata. El técnico cántabro, con contrato hasta 2025, hace balance de la temporada y avanza alguna línea maestra del proyecto de futuro.
¿Qué nota le pone a la temporada?
En caliente, con las derrotas en la fase de ascenso a Liga Asobal y en la fase final de la Copa del Rey, parecería que no es muy positiva, pero esa nota final debe ser un diez, una matrícula de honor. Hay que valorar para qué hicimos el equipo, quiénes somos y contra quién competimos. Ni en nuestros mejores sueños pensábamos en lograr lo que hemos conseguido.
Santiago Urdiales, durante su entrevista con 'La Tribuna'. - Foto: Rueda Villaverde¿Qué le faltó al equipo en la recta final de temporada?
Hay que analizar muchos factores. El tramo final de la liga regular se nos hizo muy largo. Cuando aseguramos jugar la fase de ascenso nos quedamos vacíos, pues hasta entonces habíamos acumulado mucha tensión. Parece que ha sido una temporada para disfrutar, pero en el fondo hemos sufrido mucho. La exigencia ha sido muy alta en el día a día y más que físicamente llegó un momento en que la plantilla sintió que necesitaba descansar psicológicamente. Lo volcamos todo en la fase de ascenso y a esos partidos hay que llegar de la mejor manera posible. Sin embargo, llegamos con mucho cansancio, en mala dinámica de resultados y para colmo con la lesión de Pedro Martínez, un internacional que habíamos fichado precisamente para ese partido. A eso hay que sumar también la desgracia personal de Palacios. Nos faltó también haber marcado más goles fáciles ante Villa de Aranda.
El listón está muy alto para la próxima temporada…
El listón de la gente seguro, pero sería injusto exigirnos para la temporada que viene lo que hemos conseguido en esta. No competimos con las armas de otros equipos, que tienen mucho más presupuesto. Se nos debe exigir en el trabajo diario y en que haya una conexión con la grada. El equipo, por su forma de ser, ha conectado muy bien con la grada. Trabajar y luchar, ese debe ser nuestro listón. Por suerte o por desgracia la Plata es una categoría muy dura y nosotros no tenemos ese cuajo de ser un equipo que, pase lo que pase, vayamos a estar en play off. Cuando tengamos una mayor estabilidad como club, con categorías inferiores, patrocinadores, masa social… será el momento de pensar en ser más ambiciosos.
Entonces, ¿haber ascendido ya a Liga Asobal hubiese sido algo precipitado para el club?
Hay que subir por un proceso natural, que es lo que vivimos cuando subimos de Primera Nacional a Plata. Es normal que haya ganas de ver balonmano de Asobal, pero si la gente supiera lo que cuesta jugar en la máxima categoría… Sería una apuesta no solo del club, sino una apuesta general de todos. Zamora subió hace unos años y ahora está en Primera Nacional. Hay muchos ejemplos así. Hemos crecido mucho en los últimos meses y todo eso requiere un proceso. Hay que seguir construyendo una base sólida y no volcarse solamente en los resultados.
¿Habrá muchos cambios en la plantilla?
Mantener una base siempre es importante. Intentaremos mejorar algunos puestos, con 4 o 5 incorporaciones.
Una de ellas será Marcos Fis. ¿Qué puede aportar?
No es una incorporación que sea aún oficial. En cualquier caso, hay que recordar que seguirá siendo juvenil y debe seguir un proceso natural. Es un jugador con un talento natural especial. Esta temporada ha demostrado que puede competir con hombres, pero debe seguir mejorando muchas cosas. Para el gol tiene un don increíble y ojalá pueda ayudarnos mucho.
¿Ha tenido usted alguna oferta para marcharse?
Sí, pero por mi forma de ser estoy muy atado a este proyecto. He rechazado ofertas, pero mientras en este proyecto siga Julián (el presidente) y cuenten conmigo, yo estaré aquí. No veo tope a este proyecto y eso me hace continuar sin dudas.
¿Cómo ve el futuro del club?
Ante todo soy realista. Un club muy cercano hace unos años estuvo peleando por subir a Liga Asobal y ahora está en otra situación y nosotros al revés. Hace cuatro o cinco años nosotros estábamos muy solos, luchando por sobrevivir. Yo he pasado por clubes que han desaparecido, como Santander o Pamplona, o viví momentos muy duros en León, y por eso insisto siempre en que más allá de lo deportivo lo importante es que cuando te vayas, el club esté mejor que cuando llegaste. Yo he visto al Caserío crecer, estuve en momentos muy duros y vendrán años difíciles, pero ahora esta etapa de crecimiento es preciosa.
¿Qué opina de una posible unificación del balonmano en Ciudad Real?
Lo que decida Julián bien hecho está, voy a muerte con lo que él considere. Sé que es difícil y habrá cosas que no se entiendan. Ahora creo que es complicado, pero por el bien del balonmano siempre sería mejor tener un club para buscar patrocinadores, categorías inferiores, horarios de entrenamientos...
¿Qué mensaje le gustaría enviar a la afición?
Primero un mensaje de agradecimiento porque hace no tanto éramos cien personas en la grada, y este año ha habido partidos con más de 2.000. En Ciudad Real siempre ha habido balonmano y en Liga Asobal, cuando yo era jugador, no siempre había 2.000 espectadores en el Santa María. A Jaén se desplazaron más de 1.000 personas y eso demuestra que hay ganas. Deben ser exigentes con el trabajo de los jugadores y que sean buena gente, cercanos con las categorías inferiores… Hay que estar agradecidos, pero ahora hay que trabajar, yendo todos de la mano para ir dando pasos. En este sentido, quiero tener una mención especial con La Grada Amarilla.
¿Qué ha aprendido de todos los entrenadores que tuvo?
He tenido a entrenadores como Jordi Ribera, Manolo Cadenas, Manolo Laguna, Juan de Dios Román… y al final he aprendido un poco de cada uno porque son personalidades y métodos de trabajo distintos. Soy muy admirador de Jordi Ribera (actual seleccionador nacional absoluto) porque allá donde va deja un sello y además contó conmigo para las categorías inferiores. Cada año voy cambiando porque no siempre funciona lo mismo en distintos grupos. Intento adaptarme a lo que tengo y aprovechar la experiencia que me otorga el haber estado en muchos vestuarios.
¿Haber sido jugador le ayuda?
Cuando eres entrenador entiendes muchas cosas que no comprendías como jugador. El entrenador no puede ser un 'bien queda', tienes que sacrificar muchas cosas y tomar decisiones por el bien común. Sufres mucho por los jugadores, es mucho más duro ser entrenador. Por naturaleza, el jugador es egoísta y el éxito de las plantillas que he tenido ha sido contar con muchos jugadores que pensaban en el bien común.
Trabaja también en la Federación Española con las categorías inferiores. ¿Cuál es el futuro del balonmano en España?
Es incierto. Si lo basas en resultados, los últimos años son espectaculares. El trabajo de Jordi Ribera está siendo extraordinario, con multitud de jugadores que han trabajado con nosotros en el CAR y que luego han llegado a Plata o Asobal. El CSD se ha volcado y otras federaciones nos están copiando. Desde pequeños se trabaja con ellos como si fueran profesionales y con eso lo que se consigue es que esos niños o jóvenes apuesten por ser profesionales del balonmano, que viendo la situación que hay en España, tiene mucho mérito.
¿Por qué el balonmano en España no encuentra ese reconocimiento o repercusión que merecen los resultados, por ejemplo, de las selecciones?
No tengo la explicación. La gente no ve el balonmano, pero no sé por qué. Necesitamos una liga fuerte, pero quitando al Barça y dos o tres equipos más, estamos muy lejos de tener una liga profesional, aunque tenga esa calificación.