Las reservas de los acuíferos de la provincia siguen bajando y lo han hecho en unos 1,28 metros en el último año en el conjunto del Alto Guadiana. Así lo indicaron a La Tribuna tanto desde la Masa Mancha Occidental I como en la II, donde también han registrado descensos en los últimos años.
«Ha bajado en algo más de un metro en nuestra zona en el último año», afirmó a este diario el presidente de la Masa de Usuarios de Aguas Subterránea (CUA) Mancha Occidental II, José Joaquín Gómez, tras una reunión mantenida ayer con el Igme (Instituto Geológico y Minero de España) donde se les informó de este descenso.
Gómez reconoció que es «la tendencia en los últimos cuatro o cinco años y, aunque todavía dista mucho de los datos que se registraron durante la sequía de los años 90, levemente se va aproximando».
Explicó que no se trata de la lluvia que ha caído, que se ha mantenido en unos 370 litros, sino de «la manera de llover, ya que ha llovido de forma torrencial y luego se ha tirado cuatro o cinco meses sin llover», por lo que el terreno absorbe el agua y no se filtra a los acuíferos.
un cambio de ciclo. Para Gómez, la esperanza está en que se registren lluvias generosas durante los meses de otoño e invierno y que haya «un cambio de ciclo». Así lo manifestó también el presidente de Mancha Occidental I, Ángel Bellón, quien también apuntó a un descenso de alrededor de 1,80 metros en los últimos años en su zona, aunque matizó que «desde hace dos meses se mantienen e incluso vuelven a subir» en algunos de los puntos de la red de control. Aun así, reconoció «la situación de sequía que hay». «Si no revierte, no nos gusta a nadie», apostilló.
Por ello, lanzó un mensaje de «prudencia» y de búsqueda del ahorro en todos los usos del agua, valiéndose de las nuevas tecnologías, al tiempo que también se mostró esperanzado en que la lluvia que se espera esta semana sea el inicio «de un cambio de ciclo, de seco a húmedo».
Desde la Masa I también insistieron en una petición que vienen haciendo: el trasvase de agua desde el Tajo-Segura al parque nacional de Las Tablas de Daimiel. En concreto, exigen «que se trasvase entre 10 o 20 hectómetros que, por justicia, necesitan Las Tablas».