Una de las novedades del curso escolar que comenzó la pasada semana es la gratuidad de la educación de los menores de 2 a 3 años. Una escolarización que tiene una hoja de ruta que arranca con los pueblos de menos de 2.000 habitantes, para el curso que viene ampliarse a los de menos de 10.000 y acabar en los mayores de Castilla-La Mancha. Ante esta situación, fruto de la Lomloe, la nueva ley educativa, las escuelas infantiles privadas temen «su extinción», más cuando ven que hay centros que ya están cerrando en Castilla-La Mancha, otros que han sido absorbidos por centros privados y no hay planteamiento desde el Gobierno regional que indiquen que estas guarderías puedan optar a conciertos educativos.
En este sentido, Antonio Ruiz, el presidente de ACEI-CR, la patronal de escuelas infantiles de la provincia, recordó que además de las ayudas a centros de menos de 2.000 habitantes ha habido acuerdos para financiar nuevas escuelas infantiles en poblaciones de mayor tamaño. «No sabemos al final qué va a ser de nosotros, porque si no podemos concertar es difícil que podamos sobrevivir ante algo gratuito», dijo Ruiz.
Ruiz recordó que no se trata de un sector en el que pueda haber una reconversión, convertirse en ludotecas, porque no son lo mismo. Así indicó, por ejemplo, que ellos realizan una memoria educativa o se someten a la labor inspectora de la Consejería que no tienen centros como las ludotecas. «Nuestra lucha siempre ha sido el porqué a nosotros, que estamos muy preparados, con el personal con su cualificación correspondiente, la que exige educación, nos hacen inspecciones y nos controlan para que todo vaya bien y luego las ludotecas, que hacen exactamente lo mismo, no tienen ningún tipo de control», señaló Ruiz, remarcando las diferencias entre un negocio y otro.
Uno de los problemas del sector es que la actual ley indica que el concierto se puede realizar con quienes tengan continuidad en la etapa infantil. «Nosotros no tenemos continuidad en la etapa ni posibilidad» y de ahí que haya muchos centros concertados que estén abriendo aulas infantiles en la región, incluso asumiendo algunos privados.
«Las escuelas infantiles tenemos un prestigio porque lo hacemos muy bien», dijo el presidente de ACEI-CR. «Llevamos más de 30 años con la educación cero o tres años» y esto implica que hay un bagaje y una antigüedad del personal que puede ser un problema añadido si realmente llega el cierre.