2024 fue el año del boom de la compra de vivienda en la provincia. No se vendían tantas desde 2008, no se firmaban tantas hipotecas desde 2010 y no se movilizaba tanto dinero para comprar una casa desde el año 2011. El ladrillo vive una época dorada que dispara todos los indicadores del sector inmobiliario.
La clave es la evolución que ha tenido el mercado de la vivienda nueva. Creció por cuarto año seguido hasta convertir a Ciudad Real en la cuarta provincia de España donde más aumentaron las operaciones de compraventa de estos inmuebles en porcentaje. Subieron más que en Madrid, en Barcelona, en Málaga y en Alicante, los cuatro territorios que concentran una de cada tres ventas de casas en España. En la provincia se vendieron más de 1.100 pisos nuevos, algo que no pasaba desde 2013, frente a las poco más de 400 de 2023. Fueron tres ventas al día. La subida, de casi el 70 por ciento. Ni en los años de la burbuja crecía tanto la venta de pisos a estrenar.
Pero además de la vivienda nueva, la vivienda usada también bate récords de ventas: más de 5.000. Según el Instituto Nacional de Estadística, el INE, desde que hay datos, desde 2007, no se vendían tantas viviendas de segunda mano en la provincia. Acaparan el 82% de las operaciones de un mercado donde resurge, incluso, la vivienda protegida. En pleno debate sobre la construcción de promociones públicas con ofrecimientos como el realizado por la ministra del área, Isabel Rodríguez, para que los ayuntamientos cedan suelo para levantar VPO, Ciudad Real aumentó también las compras de viviendas protegidas. El año pasado fueron más de 400 los inmuebles de este tipo que cambiaron de manos. Es el segundo año seguido en el que suben, aunque por cada vivienda protegida que se vende hay 14 que se compraron en el mercado libre. El año pasado, casi 5.800, hasta 1.400 más que un año antes. También hay que echar la vista atrás más de una década y media, hasta 2008, para encontrar una cifra similar en el mercado libre.
El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Construcción (APEC), Manuel Carmona, asegura que detrás de estos datos tan positivos está la bajada de tipos de interés, que «hace que sea más barato financiarse», pero también «un entorno económico un poco más favorable, con bajada de la inflación, y sobre todo, una mayor oferta inmobiliaria, con la reactivación de promociones y la puesta en marcha de otras, que hacen que, por producto o ubicación, el propietario tenga más donde elegir».
No obstante, Carmona subraya este hecho no puede ocultar que mucha de esta vivienda comprada es de segunda transmisión, por lo que aboga por «poner más vivienda nueva en el mercado para satisfacer una oferta creciente». Y para ello, añade «es indispensable poner todo el suelo disponible en carga para vivienda asequible, agilizar licencias y procedimientos urbanísticos y una normativa que otorgue seguridad jurídica a todos los operadores».
Hipotecas. Esos movimientos influyen en el dinero que se mueve para comprar viviendas. Los créditos hipotecarios concedidos por bancos y cajas el año pasado para adquirir una casa superaron los 231 millones de euros, una cifra que no se veía en la provincia desde hace años. «Algunos bancos están adoptando una política de riesgos elevados, con condiciones de crédito menos estrictas y precios más bajos en ciertos casos», explican fuentes financieras consultadas, «lo que está provocando un aumento en el número de hipotecas y en el importe de las mismas».
Hay más dinero de por medio y también más créditos. El año pasado se firmaron casi 3.000 hipotecas. Si se pone en relación esos préstamos con el número de compras, la estadística del INE apunta a que el año pasado se pagaron más de 3.000 inmuebles a tocateja. Sin hipoteca. Más de la mitad de todas las operaciones. Nunca hubo tantas que se pagaran al contado en la provincia desde que hay cifras, desde 2007.