El Balonmano Caserío afronta ya las últimas sesiones de entrenamiento de cara al debut en su tercera campaña en Plata, y que estrenará recibiendo este sábado (19.30 horas) en el Quijote Arena al Alcobendas.
Para este choque, son baja segura en el conjunto que entrena Santi Urdiales Víctor Morales, Toni Alegre y Carlos Ocaña, si bien, hay otros jugadores que arrastran molestias, pero las típicas en pretemporada.
Estas tres bajas son de larga duración, pues Víctor Morales acaba de pasar por el quirófano tras su fractura de escafoides, Carlos Ocaña continúa con su recuperación de su grave lesión de rodilla y aún le quedan bastantes semanas para reaparecer, mientras que Toni Alegre se tendrá que operar del hombro del que ya fue intervenido.
Este miércoles será también la Gala de presentación del club, que cuenta a estas alturas ya con 450 socios y más de 250 niños en sus categorías inferiores.
Por lo que respecta a la primera plantilla, y tras un intenso periodo de preparación, llega la hora de la verdad y el calendario quiso que ese primer partido oficial sea ante el Alcobendas, que fue su último rival en liga regular como local la pasada campaña.
Con once jugadores renovados y nueve incorporaciones, el cuerpo técnico ha apostado por una plantilla amplia, consciente de la exigencia de la temporada que se avecina.
Una de las preocupaciones para ese primer partido es, precisamente, que el Alcobendas mantiene buena parte del bloque de la pasada campaña, mientras que el Caserío aún debe acoplar sus piezas.
«En pretemporada nos ha faltado regularidad, pero es lógico porque hay muchas rotaciones y se prueban cosas», asegura Santi Urdiales, técnico del equipo, que insiste que el nivel de la categoría ha subido mucho. Por todo ello, no oculta que afrontan este primer duelo con una cierta incertidumbre, «pero con la máxima ilusión».
Las consignas vuelven a ser el trabajo y la humildad, señas de identidad con las que confían en seguir enganchando al público.