Las Tablas de Daimiel tienen más agua que hace un mes gracias al bombeo de los pozos de emergencia. El parque nacional arrancó febrero con solo 202 hectáreas con agua de las más de 1.800 que conforman la superficie encharcable, un mes más tarde, a fecha de 1 de marzo, la cifra asciende a 255 hectáreas, lo que significa que «se ha aportado 3,5 hectómetros cúbicos» como así informaron a La Tribuna fuentes del Organismo Autónomo de Parques Nacionales (OAPN).
El Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel pide agua. No llueve lo suficiente para solventar la situación crítica por la que atraviesa el humedal en los últimos años debido a la sequía más grave y larga por la que pasa España desde el año 1995. Para su supervivencia, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) activó el pasado 20 de diciembre los pozos de emergencia con el objetivo de garantizar la humectación de una parte del paquete de turbas del parque nacional, «con objeto de evitar el riesgo de autocombustión espontánea que de forma natural puede originarse en estos ecosistemas». Un capítulo que Las Tablas ya vivieron en 2009 cuando el subsuelo empezó a arder por falta de agua.
A pesar de que el humedal tiene más agua que hace un mes su situación dista muy lejos del panorama ideal que debería tener a lo largo de todo el año, ya que según el Plan Rector del Parque Nacional, el objetivo mínimo de inundación es de 1.400 hectáreas inundadas a comienzos de primavera y 600 hectáreas a finales de verano. Por ello, ante la falta de intensas precipitaciones, en los últimos años se sustentan mediante las extracciones de agua de los pozos.