El polen del ciprés inicia con fuerza la temporada de alergias

Hilario L. Muñoz
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Han aumentado un 50 por ciento los granos acumulados de cupresáceas, aunque habrá que esperar a finales de marzo para saber cómo será la primavera

El polen del ciprés inicia con fuerza la temporada de alergias - Foto: Rueda Villaverde

El polen de las cupresáceas ha iniciado con fuerza este año la temporada de alergias, con datos que aumentan en un 50% los granos por metro cúbicos recogidos el año pasado. En concreto el acumulado de polen hasta ahora ha sido de 1.584 granos, cuando el año pasado fue de 1.048 granos, explicó el jefe de Alergología, Jesús Borja. «El polen de cupresáceas ha ido incrementándose desde final de enero, con picos el 17 y el 22 de febrero ( 360 granos por metro cúbico)», indicó el doctor Borja, quien señaló que hasta el momento no se detectan otros pólenes en el colector del Hospital de Ciudad Real. «El polen de ciprés afecta sobre todo a la población adulta».

Por lo tanto, habrá que esperar, a finales de marzo, cuando la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica presenta sus previsiones de la temporada, para conocer cuál será la incidencia de las gramíneas en la próxima temporada polínica. Con todo, el jefe de Alergología indicó que «la pluviometría ha sido abundante en algunas zonas del país y en otras sigue muy escasa con situación de sequía», esto ha hecho que se haya recuperado la vegetación y se haya producido un crecimiento importante anticipado con las temperaturas de final de enero y febrero. En este sentido, hay que tener en cuenta que la temporada de alergias arranca ahora, pero seguirá en abril (polen de platanero) o en mayo y junio, con las gramíneas y el olivo. Ya en los meses de verano e inicio de otoño el grupo de alérgicos a amarantáceas (salsola y quenopodium) deben iniciar tratamiento. 

Entre las medidas para evitar la alergia, el doctor expuso que se encuentra la utilización de mascarillas, que «se ha demostrado muy eficaz en la reducción de síntomas producidos por el polen durante la pandemia». Hay también sistemas de protección más discretos colocados en la nariz que pueden ser útiles, señaló. En este sentido, el doctor apuntó que las consultas han incrementado su actividad en consultas respecto a los dos años siguientes a la pandemia y muchos pacientes que habían mejorado por falta de exposición al polen (mascarillas o aislamiento) han vuelto a tener síntomas que les obligan a ir al alergólogo. En cuanto a los que inicien con síntomas este año, Borja pidió que vayan a su médico de familia para su tratamiento o ser derivados al alergólogo.

El doctor recordó que la vacunación alergénica o inmunoterapia permite la progresiva reducción de los síntomas alérgicos, especialmente del asma en primavera, pero precisa de un tiempo prolongado de tratamiento. «En estos meses previos a primavera tenemos vacunas que se inician rápidamente y que pueden administrarse poco tiempo antes de primavera, aunque lo habitual es comenzar en otoño para preparar la siguiente primavera», recordó. 

«Nuestros pacientes llevan siempre un informe con la medicación que recomendamos en el período de síntomas primaveral», señaló el doctor Borja, pidiendo a los pacientes con tratamiento que lo tomen a diario «para el control de los síntomas porque lo habitual en los pacientes es hacerlo solo cuando están muy sintomáticos y de forma intermitente, con lo que no consiguen un control adecuado». Por último, señaló que hay que protegerse de la exposición al polen en los días más soleados, ventosos o tormentosos, en los viajes en coche, llevar las ventanillas cerradas, usar gafas de sol e incluso mascarilla que actúe de barrera contra el polen.