El Ayuntamiento de Ciudad Real, a través de la Oficina de Turismo, es una de las entidades que participa en el programa de prácticas externas de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Allí, Daniel Arroyo, un joven de 30 años, natural de Moral de Calatrava, ha puesto en práctica algunos de los conocimientos adquiridos en el grado en Historia del Arte que está a punto de concluir. Antes, en Cuenca, se graduó en Bellas Artes y tuvo su primer contacto con el mundo laboral en el Auditorio José Luis Perales.
«Es una buena opción para conocer cómo es el mundo fuera de los estudios, saber a qué te vas a enfrentar cuando abandones definitivamente las aulas», afirma para explicar, a continuación, que este tipo de prácticas «forman parte de los planes de estudios, como si fueran asignaturas optativas». Ayudan también a explorar posibles salidas laborales, «tener una idea de a qué te puedes dedicar cuando acabes los estudios».
Tras empaparse de los recursos turísticos más importantes de la ciudad, Daniel Arroyo, plano en mano, ha trabajado de cara al público, informando de los principales monumentos, museos y lugares de interés, solventando las dudas y recomendando las rutas más atractivas o que mejor se adaptaban a lo que demandaban los turistas. También ha provisto del mejor material a los participantes de los últimos congresos que ha acogido la capital manchega «para que aprovecharan al máximo su tiempo libre, de una forma concreta y directa».
Continuidad. Igual de satisfactorias, aunque nada parecidas, están siendo las prácticas de Elena Araque en la multinacional Repsol, en Puertollano. Graduada en Ingeniería Química y a punto de finalizar el máster en esta misma especialidad, reconoce que «es una experiencia bastante buena, ya que adquieres unas habilidades difíciles de conseguir en el mundo estudiantil».
El pasado mes de julio, tras pasar con éxito el proceso de selección, esta joven estudiante de 23 años, vecina de La Puebla de Almoradiel (Toledo), entró a formar parte del departamento de Programación y Logística, encargado de la gestión de las materias primas, donde fue recibida como una trabajadora más, «asumiendo labores de responsabilidad desde el primer día», siempre con el apoyo y consejo de sus compañeros. «Es como un periodo de transición en el que puedes comprobar de primera mano si esta especialidad es la que realmente te gusta», apostilla.
Su estancia en Repsol finaliza el próximo mes de julio, pero la empresa le ha abierto las puertas a continuar una vez que finalice el periodo de prácticas. Y su respuesta ha sido afirmativa.