La Virgen del Prado, como cada 15 de agosto, salió en procesión por las calles del centro de Ciudad Real. Pero no era una procesión cualquiera y eso se palpó en los alrededores de la Catedral y durante todo el itinerario, donde estuvo acompañada por miles de personas. Y es que en 2024 se cumplen cien años desde que la patrona de la capital manchega dejó su tradicional recorrido claustral para procesionar por el corazón de la ciudad, dejando huella de fe imborrable que perdura con el paso del tiempo.
Para celebrar esta efeméride, en mitad del recorrido procesional, la Virgen se situó bajo el balcón del Ayuntamiento, donde hace un siglo, el obispo prior de la Diócesis, Narciso Estenaga, consagró Ciudad Real a la Virgen del Prado. Una lluvia de pétalos de rosas empapó a la patrona mientras la soprano Patricia Gonzalo cantó el centenario himno de la Virgen, acompañada por la música del organista Pedro Pablo López, igual que ocurrió hace un siglo.
Fue el momento más especial de una procesión que, como manda la tradición, partió de la Catedral, pasadas las 21.30 horas, entre vivas y los últimos acordes del himno nacional, y recorrió las calles Prado, Azucena, Estación Vía Crucis, Toledo, Calatrava, Paloma, Carlos Vázquez y paseo del Prado, antes de regresar al sagrado templo. Miles de vecinos acompañaron con devoción a la patrona en su caminar.
Un siglo de fe y devoción por la Virgen del Prado - Foto: Rueda VillaverdeAdemás del centenario de la procesión de la Virgen del Prado por las calles de Ciudad Real, la hermandad que toma por nombre a la Madre de Dios celebró su esperada unificación: hombres y mujeres, por igual, forman ya parte de la Real e Ilustre Hermandad y Corte de Honor de Nuestra Señora la Virgen del Prado Coronada.
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Esta procesión fue una muestra más de la veneración de los vecinos de Ciudad Real por su patrona, una devoción que se extiende a muchos de los pueblos del Campo de Calatrava, como quedó patente en la tradicional misa de la peregrinación.