Llega el verano, y Claudia García Castillo pasa sus vacaciones en África, en la ciudad de Bolgatanga, al noreste de Ghana, donde lleva viajando desde hace siete años. La primera vez lo hizo con tan solo 16 años como voluntaria de una ONG, y desde entonces cada verano hace 26 horas de viaje para llevar al continente africano el proyecto benéfico Helping Others que ella misma fundó y que nació a raíz de ese voluntariado.
Una iniciativa solidaria que consiste en unir a personas que quieren ayudar con las que necesitan esa ayuda. Y así, gracias a todo lo recaudado a través de la compra de artículos en la página web helpingothers.es, Claudia viaja a África con maletas llenas de medicamentos, ropa y material escolar, pero también repletas de grandes dosis de solidaridad e ilusión por ayudar a los que más lo necesitan. Allí, en África, con un presupuesto anual de unos 12.000 euros llega para invertirlo en reformar orfanatos y escuelas, pagar tratamientos hospitalarios y «en salvar muchas vidas», aunque su proyecto estrella es la construcción de pozos de agua potable. En todo este tiempo, ya han llevado agua a siete poblados, situados en las regiones más pobres y donde «había que recorrer unos 15 kilómetros para conseguir llenar los baldes que transportan sobre sus cabezas».
En ese primer viaje a Bolgatanga, África enganchó a Claudia. Una futura farmacéutica de 23 años que nació en Ciudad Real que reside en Urda (Toledo) pero que pasa largas temporadas en Piedrabuena, donde sus padres, Antonio García Condado y María Castillo Naranjo, tienen una finca. Sin ellos, reconoce, este sueño no se hubiera hecho realidad. Ellos «son puro ejemplo para mí», comenta con satisfacción. Y es que, desde el segundo año que inició esta aventura, ha contado con una compañía muy especial, la de su padre, quien a sus 76 años Bolgatanga se ha convertido también en un proyecto personal. África también le conquistó. «Es un punto de apoyo increíble y sin su ayuda, tanto físicamente allí como económicamente nada de esto hubiera salido adelante. Mis padres son la potencia que mueve todo esto, pues cada año, consciente de las necesidades que hay, aportan bastante», declara. Y juntos, con la colaboración y la ayuda de todos aquellos que cada año se van sumando a Helping Others, afrontan cada verano con ganas de ayudar cada vez a más gente. Y lo consiguen. En su último viaje, no solo han construido el pozo de agua, también han iniciado la primera fase de un nuevo consultorio médico. De momento, y con la ayuda del Rotary Club de Ciudad Real, se han llevado a cabo las labores de cimentación del edificio y las instalaciones de agua y de luz, el próximo año se terminará su construcción para «cubrir las necesidades sanitarias de un poblado que lleva muchos años pidiéndoselo al Gobierno sin concedérselo».
Para Claudia «África es casa». «Un lugar muy especial que nos recuerda lo afortunados que somos, pues cuando vas allí te das cuenta de que vivimos en abundancia de todo, y que en realidad podemos vivir con muy poco. Que nos reconozcan poco a poco el impacto que vamos teniendo es muy gratificante, pero lo es también seguir ayudando a esas personas que valoran nuestro esfuerzo, pues llegar hasta allí no es nada fácil», señala. Bolgatanga, un lugar que cada año les recibe con los brazos abiertos, y ojalá que «sean muchos años más».