Ciudad Real gana peso en el conjunto de las exportaciones vinícolas españolas hasta consolidarse ya como el segundo territorio que más euros consigue gracias a sus vinos, amenazando a la primera. Solo Barcelona factura más, con una distancia que cada vez es más pequeña. La provincia quiere ser la que más vino vende por volumen y la que más dinero ingresa, algo que «va a pasar dentro de poco», como aventura el director del Observatorio Español del Vino, Rafal del Rey. 

Los datos de exportaciones que recopila el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio sitúan a Ciudad Real con una facturación de 280 millones de euros gracias a la venta de vino hasta agosto. Por delante, Barcelona, con 347 millones. La primera acapara el 14,4% de todos los euros que llegan a España por la venta de vino, la segunda, el 17,6%. Hasta ahora, Ciudad Real nunca había pesado tanto en las exportaciones nacionales de vino en cuanto a los ingresos. 

Para del Rey, «es la tendencia natural, que la provincia que más litros vende sea también la que más euros ingresa». En las últimas tres décadas, la venta de vino ha supuesto una inyección a la economía provincial de más de 6.300 millones de euros. En ese periodo ha multiplicado por 15 sus ingresos anuales. En 2001 se llegó, por primera vez, a los 100 millones de euros exportados, coincidiendo con la primera edición de la Feria Nacional del Vino, Fenavin. El boom se vivió a inicios de la década pasada. Desde 2012, cada año llegan a Ciudad Real, como mínimo, 300 millones de euros gracias al vino, con picos, como el de 2018, en el que se llegaron a ventas por valor de 425 millones. Y este 2023 mira de tú a tú a esa campaña histórica. 

Del Rey distingue en esa buena marcha las ventas de granel, «no va tan bien como nos gustaría», del embotellado y, sobre todo, del bag in box, que está suponiendo «una revolución», en un contexto en el que «no hay tanta alegría en los mercados, por lo que tiene más mérito que a Ciudad Real le vaya bien». Aunque avisa: esa subida de los ingresos también viene condicionado por la inflación. «Se han subido los precios porque también han subido los costes de producción y habrá casos en los que el hecho de que se facture más no significará más ingresos, porque cuesta más hacer el vino», explica. 

Desde el Observatorio Español del Vino se recuerda que la provincia mantiene una alta dependencia de la evolución del granel, que en un 80% de sus ventas acaba en cuatro destinos: Italia, Francia, Alemania y Portugal. Del Rey habla de dos tendencias positivas para los intereses de Ciudad Real: la inclusión de varietales de más valor en el granel, que llega a nuevos mercados con precios más elevados; y los vinos envasados, que dan «más valor a las exportaciones» de la provincia. Todo apoyado en un esfuerzo comercial «que hay que mantener» y que permite que haya vino de Ciudad Real en 114 países del mundo este año. Alemania es el primer socio comercial de las bodegas y cooperativas de la provincia. Las ventas, 62 millones de euros, superan a los 48 millones ingresados por ventas a Francia y los 23,8 millones que llegaron desde el Reino Unido, el primer comprador no comunitario de vino ciudadrealeño, que también se está vendiendo este año en destinos como Portugal, cuarto comprador y Japón, quinto país en el mundo que más dinero ha gastado en adquirir vino de la provincia en los ocho primeros meses del año.