La otra 'vendimia' va al alza

Hilario L. Muñoz
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Un cambio de mentalidad en la provincia es el que ha llevado a que la almendra se haya convertido en una inversión de futuro, con visos de seguir creciendo en los próximos años

Recogida de la almendra - Foto: Tomás Fernández de Moya

Un cambio de mentalidad en la provincia es el que ha llevado a que la almendra se haya convertido en una inversión de futuro, con visos de seguir creciendo en los próximos años. La semana pasada comenzó su recolección, con una campaña en la que se espera que aumente un 33% la producción, tras las lluvias de primavera y, por la entrada, en producción de muchos cultivos que se plantaron hace años. 

Este es el caso de las tierras de Narciso Ruiz, de la empresa Agropecuarias Vicario y que tiene en la finca Bienvenida Alta, unas 150 hectáreas de almendra, que cosecha estos días lo más rápido que puede, tratando de tener el fruto antes de que el viento o las tormentas lo tire al suelo. Hace cinco años inició el proceso para quitar el cereal de sus tierras, víctima de las fluctuaciones del precio y de la alta demanda de agua, para sustituirlo por almendros, en concreto una plantación monovarietal de Penta.

«Nos decantamos por esa variedad porque después de un estudio climático, esta variedad es de floración tardía y es la que se queda fuera de las heladas históricas en la zona del Vicario», explica. Hace tres años plantó. El cambio del cereal por almendra estaba claro en la zona donde tiene las tierras Narciso Ruiz, en El Vicario, ya que no ha habido opción de riego durante años, por la situación de sequía y que, ahora, con agua en el embalse pueden ver cómo se rentabilizan estos cultivos, con goteo y las garantías de mantenimiento de agua que hay para que los leñosos no se sequen en todas las zonas regables de la provincia.

Recogida de la almendra Recogida de la almendra - Foto: Tomás Fernández de Moya

12.000 hectáreas de almendra  en producción
Las previsiones de Cooperativas Agroalimentarias para la almendra es que se llegará a las 5.900 toneladas esta campaña, un 33% más que la pasada en que se recogieron 4.400 toneladas. En concreto este año hay 12.000 hectáreas en producción, un 22 por ciento más que el año pasado, fruto de esas inversiones realizadas hace tiempo y que van incorporándose al mercado. Los datos indican que casi una de cada cinco almendras de la región es ciudadrealeña. 

«Con una hectárea de maíz podríamos regar tres hectáreas de almendros». El segundo motivo es el precio, ya que los cereales no aumentan su precio, aunque suban los costes, mientras que la almendra está al alza porque «la oferta, aunque va creciendo, no crece proporcionalmente a la demanda». Eso provoca que suba y en estos momentos se paga por encima de los cuatro euros, cuando se entrega con el fruto limpio.

Además, la almendra tiene la ventaja de que se puede guardar, para venderla cuando el mercado lo demande. «Son mis motivos y de media España que está haciendo lo mismo», indicó Ruiz. La almendra se recoge con el mismo sistema que el pistacho o la aceituna, con un tractor que mueve un brazo y que vibra en el tronco del árbol para hacer caer el fruto a un paraguas. Ruiz usa tres máquinas, buscando esa rapidez que necesita para evitar que la climatología le tire el fruto y también trabajando en los días secos, porque con humedad no se puede coger la almendra, ya que se pudriría. 

Recogida de la almendra Recogida de la almendra - Foto: Tomás Fernández de Moya

Entre las máquinas que trabajan en su finca están las de Domingo Triguero, de Repoblaciones Pozuelo, quien además cuenta con unas peladoras, encargadas de quitarle la vaina al fruto y dejarlo en el terreno, como materia orgánica. Triguero tiene estos días trabajo para un mes, llevando la maquinaria de una finca a otra. «Empezamos a plantar hace 10 años y ahora las plantaciones están empezando a dar sus frutos», por lo que comenzó en el negocio de la recogida. 

Recogida de la almendra
Recogida de la almendra - Foto: Tomás Fernández de Moya

El fruto tras este método de cosecha, sin la vaina, se envía a procesadoras, para sacar la pepita, en el caso de esta finca próxima a la capital, lo envía a la cooperativa Tierra de Calatrava. En estos espacios el fruto queda a la espera de comprador final, la industria alimenticia donde la demanda de almendra se ha disparado para multitud de productos, aunque buena parte de la cosecha se exporta.