Ahí es nada la imagen. La presentación como novillero en nuestra capital, del fenómeno sociológico del siglo XX: Manuel Benítez, 'El Cordobés'. Fue el 15 de abril de 1962, ante reses de Carlos Núñez y Armando Soares y Carlos Corbacho en el cartel. Aquella tarde resultó triunfador en toda regla, Corbacho, lo que le supuso torear en nuestro coso un puñado de festejos en las siguientes temporadas. Siempre lo recordaba el valiente espada.
Manuel Benítez, repitió en la feria de ese mismo año –el 18 de agosto- junto a Óscar Cruz y el citado diestro de La Línea, Carlos Corbacho. Por cierto, que, a este torero fallecido recientemente, le tuvieron que amputar una pierna por las complicaciones de una herida producida por el estoque. Se hizo empresario taurino y desempeñó con éxito las gestiones de varias plazas del sur.
El diestro de Palma del Río llenaba plazas de sus incondicionales y también de los puristas que le acusaban de trastocar el toreo clásico. Fue un revolucionario a su estilo y representó la España del desarrollo económico. Los aficionados saben aquello de que fue el primer espada en cobrar un 'kilo', es decir, un millón de pesetas por corrida, dicho en plan grosero. La fotografía, firmada por el diestro en el callejón de nuestra plaza, tiene su interés por que refleja la juventud del novillero y de paso, de algunos espectadores que reconocemos de inmediato: en primer término, el abogado Tomás Valle, reputado profesional y uno de los primeros pandorgos; más al fondo, en el tendido, un joven Juan Pérez Serrano, fallecido recientemente. Una instantánea que congela el tiempo.
Nuestro 'Cordobés', que cuenta con 88 años en la actualidad y una salud envidiable, siguió viniendo a nuestra plaza en años venideros tras la alternativa en Córdoba, el 25 de mayo de 1963. El 18 de agosto de ese año, toreó junto a Emilio Oliva y Carlos Corbacho de nuevo, una corrida de Manuel Camacho. En el 64, sus compañeros fueron 'Pedrés' y su gran amigo Corbacho. El ganado pertenecía a una sociedad llamada 'Sierra Morena'.
En 1965, el lleno en los tendidos fue de órdago. Se acarteló junto a Fermín Murillo y Manuel Cano, 'El Pireo'. Los astados fueron del Duque de Pinohermoso. Repitió seguidos dos años más: 1966 y 1967. El primero junto a 'El Viti' y Andrés Hernando y bureles de Manuela Agustina López Flores, de Albacete. O sea, Samueles. Al año siguiente sus compañeros de cartel fueron 'Litri' y Víctor Manuel Martín. Se lidiaron tres toros de Hermanos Cembrano y tres de Arauz de Robles.
Pasarán tres años –hasta llegar a 1970- cuando repitiera actuación en nuestro coso, junto a Pepe 'Limeño' y José Luis Parada, que era la sensación de entonces. La ganadería fue del Marqués de Ruchena. El 17 de agosto de 1971, tuvo lugar su última aparición en nuestro ruedo capitalino, formando cartel junto al toledano Gregorio Sánchez y un jovencísimo José Luis Galloso, que venía con 'la escoba de barrer', según el símil taurino.
Manuel Benítez encendía pasiones y puso a casi todos los públicos de acuerdo. Fue tres veces portada de la revista 'Life', puso al empresariado taurino a sus pies, ¿recuerdan el 'suceso' de la almohada? Soñó en 1967 que se retiraba del toreo con más de cien corridas firmadas de antemano y provocó un auténtico terremoto entre los empresarios, que les hizo ir a 'Villalobillos', su finca, para 'revocar' la decisión. A todos les hizo firmar en la almohada como detalle curioso. Fue el más popular y el que más dinero ganó; pasó de ser un 'roba gallinas' a conducir un Rolls y a codearse con Robert Kennedy. Genio y figura del V califa del toreo.