Torrenueva acoge cada año uno de los eventos más especiales de los carnavales ciudadrealeños: la Borricá. Se trata de una fiesta que logró la declaración de Interés Turístico Regional en 2014 y que «cada vez está más arraigada en el Campo de Montiel y en la provincia de Ciudad Real». Así lo subraya el alcalde, Raúl Bravo, que asegura que el martes de carnaval «más bonito, emotivo y religioso» se celebra en esta localidad.
«Cada año sorprende más la solidaridad de muchos vecinos y vecinas que ayudan a que esta fiesta se mantenga año tras año y que, de una manera altruista, ayudan a la familia abanderada con productos y enseres para hacer la 'cochura' y poder ofrecer al pueblo los dulces típicos, cheches y 'limoná' que se les ofrece durante el día», apostilla el regidor.
Los primeros documentos sobre esta celebración se remontan a 1694, a finales del siglo XVII, cuando se funda la cofradía de las ánimas benditas del purgatorio. Desde entonces, el sentido de la fiesta sigue siendo el mismo, aunque desde hace unos años destaca más por su vertiente religiosa, al dejar al margen las máscaras callejeras típicas de carnaval, no confundiéndose con el elemento pagano reconocido como tal.
Raúl Bravo explica que la Borricá trata elementos serios y muy personales: «Cualquier vecino a vecina que se siente desamparado, pasándolo verdaderamente mal por alguna situación, se encomienda a las ánimas benditas del purgatorio para que le ayude». El martes de carnaval, el vecino o vecina que ha visto cumplida su súplica consuma su promesa de «sacar la bandera», paseándola a caballo por las calles, ermitas e iglesias del pueblo. El recorrido finaliza con la entrega de la bandera al cura en la parroquia, quedando en paz al cumplir lo que había prometido.
La figura central de este antigua rito es el abanderado, vecino comprometido a colocar la bandera en la ventana o balcón de su casa el martes de carnaval, al primer toque de ánimas. La descuelga a las dos de la tarde, segundo toque de ánimas, portándola en su mano subido en un caballo. Un cortejo de jinetes le acompaña (originariamente eran mulas y burros, de ahí el nombre de la fiesta) al son de un tambor. Recorren las calles de Torrenueva recogiendo limosnas, que entregan al párroco al final del día, en una ceremonia donde las caballerías, la bandera, el bastón de mando y los participantes tienen un señalado protagonismo. La familia Torroba-Ramírez será este año la encargada de sacar la bandera y le acompañará un cortejo ecuestre de más de 120 jinetes, la mayoría del pueblo.
programación. Aparte de la Borricá, acto central del Carnaval de Torrenueva y fiesta local, el programa diseñado por el Ayuntamiento recoge actividades para todos los públicos, desde hoy viernes, con el desfile del colegio y la escuela infantil, hasta el sábado 17 de febrero, cuando se celebrará la cena y el baile para la tercera edad en el salón de usos múltiples del silo.
Mañana sábado, a las 23.00 horas, tendrá lugar el baile de carnaval, con la actuación de la orquesta La Rebelión y Dj Salva Vivar, mientras que el domingo se celebrará el gran desfile de chirigotas, comparsas y carrozas y, posteriormente, se degustará un gran pisto manchego popular en San Antón. El lunes continúa la programación con el gran desfile infantil, con castillos hinchables y colchonetas en el pabellón municipal, y el concurso de máscaras callejeras, con premios individuales, por parejas y grupales. Y tampoco puede faltar el entierro de la sardina. Será el miércoles, a partir de las ocho de la tarde, desde la plaza de España hasta el salón de usos múltiples de San Antón.
El Ayuntamiento ha convocado este año el primer concurso de cartel anunciador del carnaval, al que han concurrido ocho personas con trabajos de «un alto nivel». La ganadora ha sido Beatriz Tamayo Chicharro, con un trabajo titulado 'Carnaval y ánimas 2024'.