El 7 de octubre de 2023, el grupo terrorista Hamás lanzó un ataque sin precedentes sobre el sur de Israel, asesinando a más de un millar de civiles y secuestrando a 251 rehenes. Una agresión a la que respondió el Ejecutivo de Tel Aviv con una guerra total que está dejando un saldo de muerte y devastación en la franja de Gaza, con decenas de miles de fallecidos, heridos y desplazados. Un año después, el conflicto bélico, lejos de mejorar, se ha recrudecido con la entrada en escena de nuevos actores, como Irán y Hezbolá. «Se ha abierto la caja de Pandora y ahora a ver quién, cuándo y cómo se cierra», afirma Oscar Bajo, catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el campus de Ciudad Real y que asegura que «queda poca sensatez» en ambos bandos.

El profesor Bajo, que coordina una monografía sobre conflictos y desafíos en Oriente Medio con otros tres colegas de universidades de Taiwán, Reino Unido y Hong Kong, apela a un «gesto de lucidez» para poner el punto y final a una escalada de la violencia que tiene «muy mala pinta». En su opinión, Estados Unidos tiene la llave para acabar con la guerra en la región, pero la campaña electoral dificulta las cosas: «Ningún candidato puede mostrar una posición excesivamente clara porque le puede restar votos. Israel está aprovechando la 'debilidad' de su principal valedor para vengarse de forma brutal del ataque absolutamente condenable de Hamás e intentar resolver todo el problema de la zona».

El catedrático considera que Europa «tampoco está manteniendo una posición propia», sino que «va un poco a remolque de Estados Unidos». Alude, en este sentido, a los «intereses económicos» que asoman detrás del conflicto. 

El profesor Bajo recuerda que la semilla de este conflicto germinó con el origen del Estado de Israel, que «en buena parte fue un pago por el holocausto nazi». Añade, en este sentido, que la mayoría de la comunidad internacional «también miró para otro lado» cuando Alemania empezó a perseguir a los judíos. El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de Naciones Unidas decidió que sobre el suelo de la Palestina histórica, hasta entonces en manos del Mandato Británico, se levantasen dos estados, el israelí y el árabe. Fue la antesala de un conflicto interminable que ha encadenado guerras y violaciones sistemáticas de los derechos humanos.