"Ni me ofrecían recompensas ni yo se las pedía". El principal acusado en el juicio que desde el pasado viernes se celebra en la Audiencia Provincial ha negado que recibiera regalos a cambio de los favores hechos a familiares y amigos aprovechándose de su condición de agente de la Guardia Civil de Almadén, aunque sí ha admitido que utilizó el sistema SIGO del cuerpo armado para realizar consultas a título personal y que elaboró una declaración jurada en nombre de uno de los amigos, falsificando su firma. En esta cuarta jornada han declarado los cinco acusados y está previsto que mañana finalice la vista con la lectura de los informes finales de las partes, así como con la entrega del veredicto a los miembros del jurado popular, para que inicien su deliberación.
En su interrogatorio, José Luis G. L. G. ha negado haberse beneficiado de las gestiones que, "a título personal", pudo realizar utilizando la herramienta informática SIGO, de uso exclusivo profesional de la Guardia Civil. Eso sí, ha confesado, mostrándose "muy arrepentido", que sí fue el autor de un recurso para exculpar al trabajador de un amigo suyo que había sido sancionado por conducir un quad de manera temeraria. Un documento en el que él mismo falsificó la firma de su amigo, como así ha admitido delante del tribunal.
El resto de acusaciones que pesan sobre él las ha negado, explicando que cuando accedió al sistema SIGO para consultar datos referidos a situaciones particulares de su cuñado o amigos, como comprobar la correcta transmisión de un vehículo que había sido vendido, consultar los antecedentes policiales de una persona o ayudar a que se anulara un expediente sancionador, lo hizo o porque había un interés policial o por simple interés personal, pero justificándolo con que durante los 25 años que allí estuvo destinado hasta que fue detenido en la denominada 'Operación Cinabrio', nunca se fijó en la advertencia que el sistema SIGO realizaba cada vez que se activaba de que estaba prohibido su uso personal bajo castigo del código penal: "No llegué a leer ese aviso nunca".
"Ni me ofrecían recompensas ni yo las pedía" - Foto: Rueda VillaverdeSegún las acusaciones, tanto la fiscal como el abogado del estado, José Luis G. L. G. habría pedido, recibido o esperado por estos favores un jamón, la invitación a una montería o la instalación de manera gratuita de una pantalla en su coche o un cochinillo. Sin embargo, el guardia civil ha sostenido que todo fue por la gratitud de sus amigos, y en el caso del jamón, que lo pidió como directivo del CF Almadén para después sortearlo en la rifa del club.
En cuanto a las contradicciones de su declaración de hoy con la que en su día realizó ante la juez instructora tras ser detenido en noviembre de 2021, en la que negó incluso el hecho de haber falsificado esa declaración jurada, el principal acusado explicaba, visiblemente emocionado, que "en ese momento no era persona; estuve un mes en prisión y 15 días incomunicado".
José Luis G. L. G. ha insistido en varias ocasiones que todo lo que hizo, lo hizo por hacer un favor a los amigos, sin esperar ni recibir nada a cambio.
El resto de acusados
Un extremo con confirmaban el resto de los acusados, algunos de los cuales se han negado a someterse a las preguntas de las acusaciones, algo a lo que tienen derecho por su condición de imputados. Todos ellos han explicado ante el tribunal que en su momento acudieron a José Luis por su condición de Guardia Civil y por su mayor conocimiento sobre asuntos relacionados con sanciones, multas de tráfico, trasferencia de vehículos o antecedentes policiales, negando que le obsequiaran a cambio de estos favores.
Todos ellos se enfrentan a penas de cárcel por delitos de inducción a la comisión de delitos de cohecho y descubrimiento y revelación de secretos, delitos estos de los que se acusa a José Luis G. L. G., además del de falsedad en documento oficial.
De libre absolución a seis meses de cárcel
Esta sesión concluía con el anuncio del abogado del principal acusado, Ángel Rico, de que a tenor de su confesión de hoy, en sus informes finales cambiará la solicitud de libre absolución de su cliente por la de una pena de seis años de prisión como autor de un delito de falsedad en documento oficial. Por el contrario, el representante legal de Miguel Ángel G. B. pedirá su libre absolución al haberse demostrado que él no tuvo conocimiento de que José Luis redactó ese documento en su nombre, sin su permiso, y falsificando su firma.