Los ciudadrealeños gastaron 132.248.145 euros en fumar durante el año pasado, según los datos del Ministerio de Hacienda, en la que ha sido una de las cuantías más elevadas de los últimos años. Hay que remontarse hasta 2016 para encontrar la última vez que se superan los 130 millones de euros en comprar tabaco en la provincia. El dato no implica un aumento de fumadores, sino un incremento del coste de fumar, sobre todo del tabaco liado, la cajetilla, que se sitúa de media, en 2023, en los 4,84 euros, 26 céntimos más que en 2022. Hace diez años, en 2013, su precio medio era de 4,29 y hace dos décadas, de 2 euros, como muestra de lo que implica ese 6 por ciento de aumento en solo un año.
Esto ha hecho que Ciudad Real recupere las cifras económicas de ventas de tabaco, clave para los impuestos que recibirán después los ayuntamientos, pero que a la vez se haya fumado menos. En concreto se han vendido 700.000 cajetillas menos, que en 2022 y 900.000 puros menos, alcanzando las cifras más bajas del siglo XXI en venta del tabaco elaborado, con 23.978.027 cigarrillos menos y 20.310.900 puros menos. Mientras el tabaco de liar se ha mantenido en los 53.000 kilos del año 2022 y el tabaco de pipa, más barato, se sitúa en los 14.846, fumando Ciudad Real una tonelada más.
La Asociación Provincial de Estanqueros de Ciudad Real destacó que «el aumento de recaudación ha ocurrido por el aumento de precios», pero advirtió que «estamos llegando a unos precios en los que hay que tener mucho cuidado, porque la gente puede irse al contrabando, ante la imposibilidad de comprar en los estancos. Eso es un doble de daño, tanto para el Estado, por los impuestos, como para la sanidad, porque ese tabaco no lleva ningún control sanitario», indicó a La Tribuna el presidente de la asociación, Fernando Bermejo. En este sentido, recordó que el tabaco es tras la Agencia Tributaria y el impuesto de hidrocarburos «de donde más recauda el Estado» y es clave no tensar la situación. El aumento del valor del tabaco ha seguido en enero y esta semana, con la última subida, el precio medio de la cajetilla se va a situar ya en los cinco euros.
Por otra parte, para Bermejo, el incremento del consumo de tabaco de pipa tiene que ver con la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El año pasado se incautaron de 18 millones de kilos de picadura de contrabando en España, tres veces más que en 2022. «Se ha luchado bastante bien contra el contrabando y eso se nota».
En 2024, los estancos tendrán que afrontar nuevos retos, como la posible prohibición de fumar en terrazas, algo que Bermejo cree que «atenta contra la libertad del ciudadano», al prohibirse fumar en un espacio donde no hay por qué molestar «manteniendo las distancias». También se encuentra pendiente la viabilidad de los estancos al venderse menos. No ha habido cierres, «pero, como a muchos otros sectores, cada vez es más difícil llegar a fin de mes».