Camiones atrapados, cargas vertidas y, de nuevo, incidentes que afectan a transportistas y empresas de la provincia a su paso por Francia por las manifestaciones agrarias en el país vecino y que dejan en vilo un negocio millonario para Ciudad Real. Francia es el principal comprador de productos ciudadrealeños en el mundo. De cada euro que se gana por ventas en el exterior, 16 céntimos llegan del otro lado de los Pireneos. El año pasado, más de 370 millones de euros. Pero no es solo lo que se compra allí. Por Francia pasan el 60% de las exportaciones de la provincia que se llevan por carretera con destino al resto de países de Europa. Durante 2023, más de 1.300 millones de euros.
El bloqueo que se vive como consecuencia del levantamiento del campo francés enciende las alertas en un provincia que tiene allí a uno de sus principales socios comerciales en el producto de referencia de la economía provincia: el vino. Solo Alemania compra más vino ciudadrealeño que Francia. Desde enero y hasta noviembre del año pasado, esas operaciones se traducen en un negocio de 63 millones de euros. Y es un sector clave. En España, nadie vende más vino en Francia que Ciudad Real, que lidera las exportaciones por delante de otras tres provincias de Castilla-La Mancha: Albacete, Toledo y Cuenca.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, reclamó ayer el final de los asaltos a camiones. «No podemos asumir lo que está pasando», se quejó. Por eso exige que «se pare ya». En la región se calcula que son 500 los transportistas afectados por las protestas y cortes de carreteras.
Una de las víctimas de esos actos vandálicos es la empresa de transportes Matran SL, de Campo de Criptana. La semana pasada, manifestantes franceses atacaron uno de los cuatro camiones que enviaron a Francia con mercancía. En concreto, según relata su gerente, Ángel Ortiz, vertieron su carga, unos 6.000 litros de vino, a las puertas de una bodega de Nimes. Denuncia la «poca colaboración de la bodega y ninguna de la Gendarmería». «Los piquetes actúan sin miedo porque les consienten todo, no les pasa nada», apostilla.
Estos hechos ocurrieron el 25 de enero y, desde entonces, reina el caos y la incertidumbre. Los cuatro camiones de Matran abandonaron Francia a duras penas, «por vías secundarias y rutas que no están preparadas» para esto vehículos. Ortiz asegura que el negocio está completamente parado porque «ni los bodegueros quieren enviar mercancía ni nosotros cargar», con el consiguiente perjuicio económico que conlleva. Hay que recordar que los manifestantes también atacaron otro camión que transportaba vino de Pedro Muñoz hacia Alemania.