El novillero Javier Fernández, alumno de la Escuela Taurina de Ciudad Real, protagonizó este martes un ilusionante debut en la segunda clase práctica de la Feria de Fallas de Valencia. Se convirtió en el primer alumno de la escuela en participar en un evento de este nivel fuera del circuito habitual, dejando una actuación marcada por la entrega y la valentía.

El joven diestro, natural de Herencia, saludó a su eral de la ganadería jiennense Valdelapeña a portagayola, gesto que ya mostró su determinación. A lo largo de la faena, realizó un toreo de cercanías con muletazos por ambos pitones, destacando unas manoletinas finales que encendieron al público. Sin embargo, la falta de acierto con el acero le privó de los trofeos, aunque dejó una grata impresión entre los asistentes.

Carlos Aranda, torero y director técnico de la Escuela Taurina de Ciudad Real, valoró la actuación de su pupilo: "Estamos muy contentos, Javier ha estado muy bien, con una actitud encomiable en todo momento. Se ha echado el capote a la espalda, se ha ido a la puerta de chiqueros, ha empezado la faena de rodillas en los medios y ha pegado muletazos con temple y entrega. La banda de música no tardó en tocar y la gente estuvo con él", contaba Aranda a La Tribuna. 

Actuación de Javier Fernández, de la Escuela Taurina de Ciudad Real, en Valencia - Foto: Henar Montes

El debut de Javier Fernández se enmarcó en una novillada celebrada en el coso de la calle de Xátiva, donde compartió cartel con Daniel Artazos, de la Escuela Taurina de Valencia; César de Juste, de la E.T. de Madrid; Blas Márquez, de la E.T. de Linares (quien paseó dos orejas y se alzó como triunfador de la tarde); y Asier Abadiano, de la E.T. de Huesca, y lidiaron erales de Valdelapeña.

Reapertura. La reapertura de la Escuela Taurina de Ciudad Real en octubre pasado, tras una década cerrada, ha significado un impulso importante para la formación de jóvenes toreros en la provincia. Actualmente, cuenta con 24 alumnos que se preparan con disciplina y dedicación bajo la dirección de Diego Ortega y la supervisión de matadores como Aníbal Ruiz y Carlos Aranda.

Aranda destacó la importancia de esta primera salida de un alumno de la escuela: "Tener la oportunidad de que nuestros chavales puedan demostrar su valía fuera de nuestro entorno es fundamental para su evolución. Hoy Javier ha dado un paso muy importante, y ahora ya tenemos la mente puesta en Castellón y en los próximos compromisos que irán llegando".

La próxima gran cita para la Escuela Taurina de Ciudad Real será en la Feria de la Magdalena de Castellón, donde esperan seguir cosechando éxitos y consolidando la proyección de sus jóvenes promesas.