Un paseo en bicicleta del oficial de Policía Nacional de Puertollano Romualdo Calahorra acabó en una intervención que salvó la vida de una joven y en la que este agente tuvo que emplear todos sus conocimientos para evitar un final trágico a esta historia. Se trata de una actuación que dio a conocer la Comisaría Provincial el pasado jueves y en la que este policía actuó fuera de servicio, salvando a una persona que podría haber fallecido si la causalidad y sus conocimientos no hubieran intervenido. 

Era la tarde del 1 de enero y Calahorra había decidido salir a dar un paseo por un paseo rural cercano a su casa, en el barrio de Nuevo Parque. «Al aminorar la velocidad en una de las curvas del camino, descubrí la presencia de un cuerpo extraño», pero no le dio más importancia, en un principio, hasta que la «intriga» le pudo, porque le parecía que lo que había visto era una persona.

«Corroboré que realmente era una persona totalmente boca abajo, con la superficie de la cara apoyada sobre el suelo» y en un inicio hizo «una serie de requerimientos verbales y de estímulos físicos», pero no respondía a ninguno de ellos. Por este motivo, antes de acercarse, llamó a la oficina del 091 de la Comisaría Provincial, «comunicando en un principio el hallazgo de un cadáver». Con todo pidió que llegara algún servicio médico, por si aún se podía hacer algo por salvarle la vida. Tras colgar se puso a examinar a la mujer y «parecía que tenía respiración, pero prácticamente nula», lo mismo que el pulso o los labios, que tenía morados, muy fríos. «La coloqué boca arriba, le despejé las vías aéreas y empecé a hacer la reanimación cardiovascular». 

El paseo en bicicleta que salvó una vida - Foto: Rueda Villaverde

Tras su atención llegaron los compañeros que le ayudaron, prepararon todo y «entre todos seguimos reanimándola hasta que finalmente la pusimos en posición lateral de seguridad a la espera de servicios médicos». Primero llegó el soporte vital básico, que le ayudaron a respirar, hasta que una UVI móvil terminó trasladándola al hospital, «totalmente inconsciente». 

Fue una actuación fruto de la causalidad y que le salvó la vida a una mujer. «Normalmente suelo cambiar las rutas dependiendo del día y justo ese día pensé en seguir el camino paralelo a la autovía, tenía pensado llegar hasta Torralba y darme la vuelta». De hecho, el hallazgo fue clave porque eran las 17.30 horas, apenas quedaba media hora de luz, y si no la hubiera visto, con las bajas temperaturas de aquel día, con 1,6 grados de mínima. «Podríamos haber tenido un final no tan bonito como el que ocurrió definitivamente», indicó el policía.

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La reanimación cardiopulmonar que le practicó fue clave y una muestra de la importancia que tiene estos conocimientos para salvar vidas. «Es una de las herramientas en las que más se incide hoy en día la forma de trabajar», dijo Calahorra, recordando que no es la primera vez que tiene que emplearla, feliz de haberlo hecho para una historia feliz. 
Su actuación de paisano y en un día como el 1 de enero da fe del dicho que un policía lo es 24 horas, «parece algo así como un tópico, pero la realidad supera la ficción». De hecho, el agente señaló que ya había intervenido en otras ocasiones en auxilios humanitarios, ninguno tan grave e importante como este.