Ripoll: "Yo he aprendido a escribir gracias a Lope"

Roberto Mendès
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Recibe el Homenaje del Festival en su 47 edición en reconocimiento al amor por los clásicos

Ripoll: "Yo he aprendido a escribir gracias a Lope"

Laila Ripoll es directora teatral, dramaturga, actriz, fundadora en 1991 de la compañía Micomicón y estudiosa de nuestros clásicos, ha comisariado la exposición titulada Calderón, un escenario imaginado, cuatro siglos de plástica teatral, que se puede ver en Almagro, en la iglesia de san Agustín y dirigido la obra Una humilde propuesta interpretada por Mariano Llorente en el Festival Internacional de Teatro de Almagro de este año.

Recibes el Homenaje del Festival en su 47 edición que se te concede en reconocimiento a tu amor por los clásicos y a vivir en la "trinchera del teatro". 

Entiendo este homenaje como un homenaje al "trabajo de compañía" en el que lo mismo planchas una camisa, que cargas y descargas la furgoneta, que barres el escenario o te subes y te largas un monólogo de media hora. Es un trabajo que se va perdiendo, que está en un momento delicado y no sé cuántas compañías quedan con elencos fijos, con equipos de trabajo fijos, con un trabajo de investigación, con un contexto colectivo de lo que es el teatro y no de negocio, sino todo lo contrario… y no sé cuánto tiempo duraremos.

Ripoll: Ripoll: "Yo he aprendido a escribir gracias a Lope"

Es un trabajo en el que no se busca un beneficio económico, sino que lo haces por pura necesidad porque, si no lo haces, te mueres y, en vez de tener un oficio, lo que tienes es un "chulo", porque tú estás trabajando en otras cosas para invertir lo que obtienes en estos proyectos "de compañía". Es un trabajo vocacional y los que lo hacemos sabemos que en nuestra compañía es donde, de verdad, podemos contar las historias que nos interesan y hacer el teatro que nos interesa. Luego haces otras cosas porque tienes que comer y porque tienes que alimentar al "chulo".

¿Qué podemos aprender del teatro clásico?

Yo he aprendido a escribir gracias a Lope, sobre todo… y también gracias a Calderón… También he leído muchísimo… he sido una lectora compulsiva desde que tengo uso de razón y a mí los clásicos también me han servido para contar historias de ahora mismo. Sin ir más lejos el ejemplo está en Una humilde propuesta que es el texto que presentamos ayer, interpretado por Mariano Llorente, que es un texto de 1720, de un autor que nace en el siglo XVII y, sin embargo, está narrando cosas que parece que ocurrieron ayer… como si Jonathan Swift tuviera una bola de cristal y supiera lo que iba a ocurrir…

En la exposición que has comisariado en Almagro, titulada 'Calderón, un escenario imaginado, cuatro siglos de plástica teatral', muestras lo variado que puede ser Calderón y sus interpretaciones a lo largo de cuatro siglos.

En la exposición se ve cómo Calderón tiene un teatro "de corral", mucho más rústico y un teatro "de corte", mucho más elaborado. En la exposición hay maquetas maravillosas y piezas de vestuario espectaculares procedentes de los fondos del Museo Nacional del Teatro… me hubiera gustado poder contar también con una carta autógrafa suya, que se conserva en el Archivo de la Villa de Madrid, pero ha sido imposible por razones técnicas y de conservación… en ella Calderón se queja amargamente de que en el estreno que se hizo en el estanque del Retiro de Madrid de El mayor hechizo, amor era tal el aparato escenográfico que el texto pasaba desapercibido. Se quejaba de que Cosme Lotti, que era el ingeniero que se trajeron para construir el coliseo y, de paso hacer las grandes escenografías palaciegas, pareció volverse loco, porque había delfines que volaban, ninfas que salían de debajo del agua… debieron ser unas seis horas de espectáculo en el que Calderón debió pensar que daba igual que hubiera o no hubiera algún texto…