Los centros acogidos a programas de bilingüismo han ido a menos en los últimos años en la provincia y el próximo curso, en septiembre, se enfrentarán a una prueba de fuego. A partir de esa fecha, los profesores que impartan las asignaturas bilingües deberán contar con el nivel C1 en el idioma correspondiente elegido por el centro, mientras que hasta ahora se venía pidiendo el B2. Se trata de un nivel de idioma en una lengua extranjera «muy alto» y que tienen «pocos profesores», lo que puede incidir de manera directa en la aplicación de este programa. Era una reforma prevista, pero que se retrasó por la pandemia y por la situación del profesorado. Así lo exponen los sindicatos ANPE y STE. En concreto, el representante regional de este último, Fernando Villalba, considera que puede conllevar que muchos centros se den de baja de este programa, a pesar de que el nivel B1 se mantendrá para funcionarios, pero no así para interinos y otros docentes. Por su parte, Irina Alonso, de ANPE, considera que supondrá «problemas para contratar profesorado», actualmente hay «muy pocos» que hayan certificado el nivel C1 en el idioma, inglés, francés o alemán.
«Los programas de bilingüismo no funcionan», aseguró Villalba, tras indicar que es una cuestión que viene de Europa, pero que su plasmación en los centros no ha sido efectiva. «El que ponga una placa en la puerta de centro bilingüe no significa que sea bilingüe; solo que da algunas asignaturas en otro idioma», detalló el representante de STE, para indicar a renglón seguido que el ejemplo más claro es la Comunidad de Madrid: «encabezó» este proyecto y ha dado marcha atrás para no impartir Geografía e Historia en otro idioma.
Caída del programa. De hecho, explicó que lo que produce este programa es «segregación en los alumnos», ya que diferencia entre aquellos que reciben clases de apoyo en idiomas porque los padres se lo pueden permitir y los que no. Tanto desde STE como desde ANPE coinciden en este diagnóstico de que el programa no funciona como debería, aunque cada uno da recetas distintas para solucionarlo. Mientras desde STE consideran que lo idóneo para mejorar el nivel de lengua extranjera de los alumnos es «aumentar las clases de ese idioma», pero no impartir otras asignaturas en esa lengua, desde ANPE refieren que en aquellos centros que se adhieran al programa debe haber «una verdadera inmersión lingüística» para que los alumnos convivan con el idioma en todos los ámbitos y no como ahora, señalan, que solo aprenden palabras de una determinada asignatura en otra lengua, pero no saben desenvolverse en ella si tienen que viajar a un país donde hablen otro idioma.
Por este motivo, Alonso explicó que la tendencia de los centros adscritos a este programa ha sido a la baja, aprovechando en muchos casos las jubilaciones de los profesores que los impartían para decir bye bye a esta iniciativa. En concreto, los datos en la provincia reflejan una caída solo en este curso de nueve centros, que se han desvinculado del programa en la provincia, pasando de 131 a 122, según las cifras que publica la Consejería de Educación en su web. Llegó a haber 151. Para solicitar el cese del programa, primero ha de pedirse a la Consejería, y luego esperar a que terminen los alumnos cada ciclo. Mientras, los proyectos en vigor han caído en seis, de 163 a 157, en este curso, ya que hay un proyecto por ciclo. En la provincia la mayoría de colegios e IES cuentan con enseñanzas en inglés o francés.