Los sudamericanos sostienen el boom de población ciudadrealeño

R. Ch.
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La provincia, que sumó 1.500 habitantes el año pasado, registra la llegada de un millar de inmigrantes de nacionalidad colombiana y otros 1.500 más llegaron del continente americano

Una familia de origen sudamericano pasea por una calle de Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de Moya

 

Ciudad Real encadena dos años seguidos creciendo en población. No pasaba eso desde 2012, con municipios como Puertollano, Manzanares o Daimiel que rompieron el año pasado más de una década de caída del número de vecinos. La provincia gana habitantes apoyada en la inmigración, sobre todo, la que llegó de países de Sudamérica. Ciudad Real, que ganó 1.500 habitantes, registró el año pasado la llegada de un millar de colombianos, a los que se suman otros 1.500 más que llegaron con pasaporte de algún país del continente americano. Tres de cada cuatro inmigrantes que llegó a la provincia lo hizo de algún país de habla hispana del otro lado del océano. 

Si en las últimas décadas los países de Europa del este, Rumanía sobre todo, y de África, con Marruecos a la cabeza, ocupaban los primeros puestos del origen de los inmigrantes que elegían Ciudad Real como hogar, ahora son los países de Sudamérica los que lideran las estadísticas migratorias. Según el último dato del censo, de ese rincón del mundo llegaron 2.437 nuevos ciudadrealeños de un total de 3.255 vecinos que ganó la provincia gracias a la inmigración. De aquí se marcharon también 687 extranjeros, sobre todo rumanos. Ellos siguen siendo la principal colonia de inmigrantes que hay en la provincia. La mitad de los foráneos que viven en Ciudad Real nacieron en este país del este de Europa, aunque cada vez son menos. Suman doce años seguidos en los que su presencia baja tras tocar techo en 2012. Entonces eran casi 25.000, tantos como la población sumada de Campo de Criptana y de Socuéllamos. En el último dato del censo, la presencia de nacionales rumanos había caído a poco más de 12.000, el equivalente a un municipio del tamaño de Bolaños de Calatrava.

El boom migratorio que vive la provincia lo constata el censo. Ocho de las diez nacionalidades con más representantes en Ciudad Real crecen. Solo desciende la presencia de rumanos y de los ucranianos. Hay 60 menos que hace un año, pero su cifra se mantiene cercana al millar de acogidos llegados tras la invasión rusa de su país, que duplicó su llegada a Ciudad Real en solo un año. En el año 2000 eran dos. Marcan récord en la provincia, por ejemplo, la presencia de colombianos, marroquíes, venezolanos, peruanos y paraguayos. Todos estos países tienen ya más de 1.000 nacionales viviendo en Ciudad Real. 

Llanos del Caudillo es el municipio más internacional de la provincia. Más del 18%de sus habitantes son inmigrantes. 123 de 674. Casi todos de origen rumano, más de un centenar. En cifras absolutas es la capital donde más foráneos viven. Más de 5.200, aunque el porcentaje de inmigrantes sobre el total de vecinos no llega al siete por ciento. La principal colonia de extranjeros es la de colombianos:787, uno de cada cuatro de los que viven en la provincia. Son 200 más que los venezolanos, la segunda nacionalidad extranjera más presente en las calles de la capital, que supera también a los marroquíes, el tercer país con más inmigrantes en la capital y el segundo en la provincia, donde crecen. Este año han superado la barrera de los 6.000. Nunca hubo tantos 'ciudadrealeños' nacidos al otro lado del estrecho de Gibraltar. Mil de ellos lo hacen en Tomelloso, el gran municipio de la provincia con más porcentaje de inmigración en relación a su población. El 14% de sus vecinos nacieron fuera. Sobre todo, en Rumanía. Solo en este municipio de La Mancha se reúnen más de 2.000 inmigrantes llegados de este país. 

Sin extranjeros en Villar

Villar del Pozo es el único municipio de la provincia donde el censo no localiza a ningún inmigrante viviendo allí. Ninguno de los casi 37.500 extranjeros que están en Ciudad Real se encuentra en el municipio más pequeño de la provincia, con apenas 47 habitantes, en una estadística del censo que deja curiosidades como que Moral de Calatrava es el lugar donde más búlgaros viven; Villarrubia de los Ojos acoge la mayor colonia de moldavos; Bolaños de Calatrava, de hondureños; Membrilla, de lituanos; Argamasilla de Alba, de mauritanos; Socuéllamos, de bolivianos; y Moral de Calatrava, de australianos.