Un viaje a la génesis del Museo López Villaseñor

J.M.Beldad
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Francisco Javier López Fernández, director de los Museos Municipales durante más de tres décadas, retrocedió a 1990, año de la inauguración

Conferencia sobre la génesis del Museo López Villaseñor - Foto: Tomás Fernández de Moya

El frío había humedecido el patio del Museo López Villaseñor, ese espacio icónico en Ciudad Real donde las piedras centenarias parecen susurrar historias de otro tiempo. Allí, en la casa-palacio del capitán Hernán Pérez del Pulgar, se celebró anoche una conferencia, en el marco del aniversario del nacimiento de Manuel López Villaseñor, en la que se habló de cómo se convirtió en lo que es hoy: un museo vivo.

Francisco Cañizares, alcalde de Ciudad Real, y Pedro Lozano, concejal de Cultura, se sumaron a un público atento para revivir, a través de las voces de Francisco Javier López Fernández y Lorenzo Selas, los orígenes y evolución de este espacio cultural señero.

Francisco Javier López Fernández, director de los Museos Municipales durante más de tres décadas, retrocedió a 1990, año de la inauguración. «Fue un comienzo difícil», confesó. «El museo abrió sus puertas con una exposición itinerante que, apenas unas semanas después, dejó las salas vacías. Desde ese instante, tuvimos que buscar la manera de que no se cerrara». Aquella «nada» inicial fue el germen de una estrategia que dio vida al espacio, ya que Villaseñor quería que fuera un museo vivo: exposiciones temporales, cursos y conciertos que poco a poco lo transformaron en un punto de encuentro cultural para los vecinos de Ciudad Real.

Conferencia sobre la génesis del Museo López Villaseñor Conferencia sobre la génesis del Museo López Villaseñor - Foto: Tomás Fernández de Moya

Lorenzo Selas fue el alcalde que impulsó la creación del museo, destacó la visión de López Villaseñor, un artista que soñaba con un espacio para su obra. Las palabras de López Fernández pintaron escenas del crecimiento del museo, desde las primeras exposiciones improvisadas hasta la esperada ampliación de 2001. «Añadir 1.700 metros cuadrados nos permitió soñar más grande. Talleres, conferencias, conciertos... Todo para que el museo fuera un espacio vivo», relató, dejando entrever la satisfacción de los años dedicados a su cuidado: «Pusimos toda la carne en el asador».

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Conferencia sobre la génesis del Museo López Villaseñor
Conferencia sobre la génesis del Museo López Villaseñor - Foto: Tomás Fernández de Moya
Conferencia sobre la génesis del Museo López Villaseñor
Conferencia sobre la génesis del Museo López Villaseñor - Foto: Tomás Fernández de Moya

Hoy, las salas del museo recorren las distintas etapas de Villaseñor: academicismo, modernidad y una última mirada íntima a través de sus bodegones. Pero el museo, como apuntó López, «no es sólo un contenedor de arte, es parte del latido y de la identidad cultural de Ciudad Real».