Ricardo Valle y Darío Rodríguez ya se encuentran de vuelta a casa tras participar en el Rally Dakar como integrantes del equipo sanitario de la organización, donde fueron los únicos españoles. Para el infanteño Ricardo Valle, médico de la UVI Móvil de Puertollano y del helicóptero medicalizado de la Base de Almagro, era su cuarta participación, mientras que para el enfermero de Saceruela Darío Rodríguez era su duodécima edición. Ambos han retomado ya su vida normal, aunque sea inevitable recordar el olor a gasolina, la pericia para orientarse cuando fallaba la cobertura, la presión del reloj o la empatía con aquellos participantes que requerían de su asistencia.
Valle fue el responsable del Tango 3, vehículo que compartió con la enfermera francesa Magali Kosinski-Bernard, mientras que Darío Rodríguez estuvo en el Toyota 4X4 Tango 6 doctor francés Aymeric Le Mignon, que debutaba en el Dakar.
«Creo que ha sido uno de mis mejores Dakar», asegura Darío, que ha vuelto a España «muy contento. Cumplimos todas las misiones que nos encomendaron, incluso por encima». Y es que revela que un día incluso tuvo que regular el tráfico y en la última etapa, tras la llegada triunfal de los campeones españoles Cristina Gutiérrez y Carlos Sainz, tuvo que asistir a varias personas por golpes de calor.
Ricardo Valle, junto al Tango 3. - Foto: LTComo anécdota, ha recorrido con su Toyota 4X4 Tango 3 la friolera de 6.860 kilómetros, prácticamente la distancia que separa su pueblo natal, Saceruela, de Riad, capital de Arabia Saudí.
Para Ricardo Valle el balance también es muy positivo y es que, como recuerda, «vas acumulando experiencia y eso siempre ayuda».
Ambos se mostraron consternados por el fallecimiento del piloto de motos español Carles Falcón, aunque no les tocó de lleno su accidente. «Esto es una carrera y la gente se puede hacer daño. Ellos lo tienen muy asumido, aunque no sea ningún consuelo», afirman.
El enfermero de Saceruela, en la entrada triunfal de Carlos Sainz en la última jornada. - Foto: LT«El Dakar es una maquinaria muy compleja y hay que ser muy humilde para aprender», destaca Darío, y es que en ambos casos tenían más experiencia que sus compañeros, a los que en cualquier caso están muy agradecidos y felicitan por su labor.
El enfermero de Saceruela cree que no olvidará en su vida la etapa de 48 horas, la gran novedad de esta edición, y que llevó al límite a todos los participantes y miembros de la organización. «A mí me tocó en un punto muy cercano de las fronteras con Emiratos Árabes y Omán y es increíble ver cómo llegaban los pilotos. Estaban sin fuerzas, al límite y tenían que dormir en sacos, con un poco de comida y agua. Nosotros les recibíamos con nuestra mejor cara y creo que son auténticos héroes».
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Ricardo Valle tiene claro que volverá al Dakar porque «es una experiencia personal increíble», mientras que Darío considera que, tras ser padre de una niña llamada Alicia, ha llegado el momento de hacer un paréntesis. «Me he enfadado menos, me lo he tomado todo con más calma y lo he disfrutado mucho más».