El Teatro Municipal Quijano se vistió ayer de Musikvierein vienés para recibir a la Orquesta Sinfónica de Castilla-La Mancha, que ofrecía su concierto de Año Nuevo, bajo la dirección de su titular, Francisco José Velasco.

La orquesta reforzó su especial relación con el espacio desde el que lanzó al aire su primeros compases el 23 de septiembre de 2022 y donde ha ido presentando sus distintas propuestas musicales de su breve pero clara trayectoria ante un público expectante y dispuesto a agradecer la entrega de los músicos.

El repertorio elegido para esta velada incidió las claves de este tradicional concierto, piezas de la familia Strauss, con añadidos de algunos otros compositores, la mayoría del ámbito vienés, pero todos ellos enmarcados en el romanticismo musical que dominó el siglo XIX y principios del XX. 

Año Nuevo de estilo Viena en el Quijano - Foto: Rueda VillaverdeEl más de medio centenar de músicos marcó el inicio del concierto con la obertura de El Murciélago, de Johann Strauss hijo; que dio paso a la única pieza ajena a la música del imperio Austro-húngaro de la velada, la suite El Cascanueces, de Piotr Illich Tchaikovsky.

Le siguió una excursión por lo que en el siglo XIX era Bohemia y hoy la República Checa, con la interpretación de El Moldava, mi patria, de Bedrich Smetana, considerado el padre de la música nacional checa.

Johann Strauss hijo y su Vals del Emperador, una de las piezas más destacadas del Concierto de Año Nuevo desde sus inicios, fue el anticipo de la Sport-Polka (Schnell), una composición de Josef Strauss, hermano del anterior, que muestra el dominio que los diferentes compositores de la familia Strauss tuvieron sobre la música de baile en las postrimerías del siglo XIX.

Año Nuevo de estilo Viena en el Quijano - Foto: Rueda VillaverdeEl repertorio programado se cerró con la Rapsodia Húngara Número 2, de Franz Liszt, una de las piezas en que la el compositor nacido en una familia de origen alemán hungarizada, expresa toda su maestría.

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