La plaza de Cervantes volverá a estar en obras. Los estudios que se han realizado en los últimos meses en la zona ponen de relieve la necesidad de actuar frente a los hundimientos que se han detectado, solo que esta vez, a diferencia de la obra que se ejecutó en 2017, los trabajos se localizarán en la parte ubicada entre la estatua de Cervantes y las terrazas próximas. 

El equipo de Gobierno que lidera Francisco Cañizares aseguró en relación con los nuevos hundimientos que no miraría para otro lado y por esta razón no sólo ha promovido la realización de catas y ensayos en la zona, sino que también se ha trabajado con celeridad para redactar un proyecto de ejecución, que ha corrido a cargo del servicio de Arquitectura y Obras, y que se cifra en 120.000 euros. 

«Se ha hecho un estudio geotécnico nuevo, más completo, y se ha visto que hay zonas en las que el firme está más bajo, por lo que se van a poner unos nuevos pilares metálicos para afianzar la placa que ya hay y en los sitios en los que se ha roto la placa existente, se va a poner una nueva», informó a este diario el concejal de Obras y Movilidad, Miguel Hervás, quien reconoció que será necesario levantar esta zona de la plaza, porque también conllevará «una solera nueva y volver a poner las baldosas». 

En cuanto a los plazos, la intención del equipo de Gobierno es sacar «ya» a licitación esta obra para que haya empresas que pujen y se pueda adjudicar su ejecución. En cuanto a la fecha de inicio, el edil subrayó que «se consensuará con los perjudicados y con los técnicos para que afecte lo mínimo posible» a la actividad de las terrazas. En este sentido, explicó que si bien es una obra «necesaria», «la plaza no se va a hundir mañana», por lo que existe un margen de actuación. 

La voluntad del Consistorio es que la obra «empiece y termine este año», para lo que será necesario determinar también el tiempo de duración, que todavía no se ha concretado, y que podría depender del plazo de ejecución que oferten las empresas en la licitación.

«Si no se actúa, igual que ha cedido ahora la plaza, con el paso del tiempo seguirá cediendo, por lo que es una actuación necesaria para afianzar el firme, no es una obra estética», agregó Hervás asegurando que la obra «no se va a parar». 

«la solución definitiva». Lo que también aseguró el edil es que «esta solución que le vamos a dar ahora va a ser definitiva» para la plaza de Cervantes, a diferencia, dijo, de la que se llevó a cabo en 2017 por el Gobierno de la socialista Pilar Zamora y que, «aunque se vendió a bombo y platillo», se ha evidenciado, dijo, que no se solventaron todos los problemas, por lo que han aparecido nuevos hundimientos. 

Para Hervás, el hecho de que no se solucionara del todo el problema en 2017 se debe a que «el estudio geotécnico que se hizo en su día no fue lo suficientemente completo y no se llegó a anclar abajo. Ahora, la solución que los técnicos han dado es la de anclar y por eso se ha hecho el estudio geotécnico, para ver dónde tenemos el firme, porque en una zona de la plaza lo tenemos a seis metros y en otro a 13. Esa diferencia es la que hay que solventar con esos pilares metálicos que se van a poner para anclar todo en la losa de piedra de abajo», en el subsuelo.

Esta nueva actuación implicará que la plaza de Cervantes vuelva a estar en obras, ya que de enero a septiembre de 2017 se 'abrió en canal' para ejecutar trabajos de renovación de las tuberías y ubicar pilotes de hormigón en la zona entre los edificios número 3 y el 5 (ya demolido). Aquella obra se adjudicó por 273.600 euros (un 38% de baja respecto a la licitación) a Seranco S.A. y fue calificada como «valiente» por parte del equipo de Pilar Zamora, si bien desde el actual Consistorio hablan ahora de «chapuza» y lamentan que, «como no tenemos que hacer suficientes obras nuevas, tenemos que ir haciendo las que ya estaban hechas».