Del alma a las flores de la Virgen de las Cruces

J.M.Beldad
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Javier Astillero fue el ganador del concurso que elige el diseño de la alfombra floral de la Virgen de las Cruces

Javier Astillero ganó el concurso de la alfombra floral - Foto: LT

El próximo 1 de septiembre, Daimiel vivirá uno de sus días más esperados y especiales: el Día Grande de las fiestas patronales en honor a la Virgen de las Cruces. La jornada, que cada año reúne a los daimieleños en torno a su patrona, contará como ya es tradición desde hace unos años con la alfombra floral que adornará la calle Virgen de las Cruces. El comienzo del día con la confección de la alfombra floral, en la que todo aquel que quiera puede participar, seguido de una solemne función religiosa y una posterior procesión a la Virgen.

Este año, el diseño ganador del concurso ha sido obra de Javier Astillero González del Campo, un daimieleño que lleva años participando en esta tradición, y que ha logrado plasmar en su obra la devoción y el amor por su tierra. Se trata de la tercera ocasión que Astillero gana este certamen. Ya lo hizo en los años 2016 y 2017.

Javier Astillero, quien ha participado en todas las ediciones del concurso desde su creación, expresa con orgullo y emoción lo que significa para él haber ganado en esta ocasión: «Desde que el concurso se empezó a hacer, que son siete ediciones las que se han hecho, he participado en todas siempre con mucha ilusión e intentando poner un granito de arena para que esta tradición no se pierda», comenta Astillero. Asimismo, añade que, en su opinión, la elaboración de la alfombra floral hace que ese día «sea un poco más especial y ayuda a que nuestro 1 de septiembre sea más bonito».

Afirma que el triunfo es mucho más que un reconocimiento; es una oportunidad de ofrecer algo personal y significativo a la Virgen de las Cruces: «Es una manera de ofrecer mi trabajo, mis ideas... En definitiva, es ofrecerle una parte de mí y de mi alma a la Virgen de las Cruces». El diseño de este año, titulado 'Daimiel bajo tu manto', se destaca por su belleza, pero también por el profundo simbolismo que encierra.

La alfombra, que recorrerá 84 metros de longitud, representará las diferentes advocaciones marianas veneradas en Daimiel, cada una simbolizada por un tulipán de un color específico. «La alfombra hace un recorrido desde el parterre hasta la plaza, y lo que vamos haciendo es un camino por todos los nombres que le ponemos a la Virgen en Daimiel», explica Javier. Así, la Virgen de la Paz será representada por un tulipán blanco y uno amarillo; la Virgen del Carmen, por tulipanes marrones; y la Virgen de la Piedad, por tulipanes rosa, color que Astillero asocia con el amor maternal.

El proceso creativo de Astillero es tan espontáneo como personal. «No es que me inspire en algo concreto, simplemente se me vienen ideas a la cabeza y las intento ir plasmando», comenta sobre cómo concibe sus diseños. Además, subraya la importancia de que la alfombra, además de hermosa, sea realizable en un tiempo ajustado: «El día 1 de septiembre es un día muy apretado en la agenda de los daimieleños, por lo tanto, hay que facilitar la realización de la alfombra porque es bastante grande».

A pesar de la satisfacción que le brinda el reconocimiento, Astillero mantiene los pies en la tierra. «No he terminado de dar tanta importancia al concurso», comenta. Aunque señala que se alegra de haber ganado, pero cree que «hay muchas otras cosas importantes en el día a día». Su alegría radica más en el legado que deja para el futuro, especialmente para sus hijos: «Algún día les podré enseñar una foto y decirles: mirad, esta vez el dibujo fue mío».

El 1 de septiembre, Astillero vivirá el día con la misma alegría que cualquier otro daimieleño, pero con el añadido de ver su obra convertirse en el telón de fondo de una de las celebraciones más importantes del pueblo. «Será emocionante ver pasar al trono de la Virgen por la calle Virgen de las Cruces», concluye, anticipando una jornada que, sin duda, quedará grabada en su memoria y en la de los daimieleños para siempre.