El joven torero Carlos Aranda (Daimiel, 1995) vivirá este domingo una de las tardes más importantes de su corta vida como torero al debutar en la Plaza de Toros de su pueblo. El festejo, que coincide con el día de la patrona de Daimiel, es especial, además de por la fecha y por el debut, por que Aranda compartirá cartel con dos figuras consagradas del toreo: Curro Díaz y Manuel Escribano, en una corrida de Adolfo Martín, una ganadería complicada y dura por su encaste Albaserrada y que exige al máximo a los toreros de todo el escalafón.
Aranda, que comenzó su carrera taurina en esta misma plaza, no oculta su emoción y responsabilidad ante el inminente desafío. «Es una tarde muy especial para mí, ya que supone mi presentación como matador de toros en la plaza donde empecé a pegar mis primeros capotazos al aire y a soñar con querer ser torero», expresa.
A pesar de la ilusión, el joven matador es consciente de la exigencia del encaste de Adolfo Martín, conocido por su bravura y dificultad. «Es un encaste especial, diferente a otros, y hay que conocer un poco los matices que suele tener en su comportamiento», señala Aranda, quien no subestima los posibles desafíos que le esperan una vez salgan por la puerta de chiqueros: «Sea la ganadería que sea, el toro bravo es impredecible».
El torero daimieleño Carlos Aranda - Foto: Tomás Fernández de MoyaAunque este debut en su tierra es un hito personal, Aranda mantiene los pies en la tierra respecto a su carrera. «No creo que sea una tarde fundamental o decisiva en mi carrera, sino una tarde muy especial», afirma, consciente de que aún tiene un largo camino por recorrer. Un camino que está siendo duro por la falta de oportunidades, aunque espera que lleguen: «Seguiré trabajando para conseguirlo», dice.
Corte clásico y una búsqueda del estilo
Carlos Aranda se define como un torero de corte clásico, fiel a un concepto del toreo basado en la pureza y la tradición. «Mi forma de interpretar el toreo es clásica, es la forma en la que entiendo la tauromaquia», explica Aranda, aunque debido a su juventud, asume que se encuentra búsqueda constante de la mayor autenticidad posible en su estilo. "Intentamos buscar la mayor pureza posible, y eso se va consiguiendo con el paso del tiempo. Es un proceso constante de mejora; nunca se deja de aprender ni de perfeccionar", añade.
El torero daimieleño Carlos Aranda - Foto: Tomás Fernández de MoyaPara Aranda, el toreo es más que una profesión: es una pasión que se nutre de las raíces históricas de la tauromaquia. «Es importante conocer las raíces de la tauromaquia y la historia, apasionarte con el toro y conocer la técnica», señala, subrayando la exigencia de enfrentarse al toro moderno, un animal que requiere una preparación minuciosa y una afición profunda. «Hay que tener afición, te tiene que gustar lo que haces, y alimentarte de aquellas personas que te ayuden a crecer», afirma.
Su predilección, Morante de la Puebla
En su camino como matador, Carlos Aranda se inspira en figuras clásicas del toreo, como su padrino de alternativa, Morante de la Puebla, «que fuera mi padrino es algo que no puedo explicar, siempre he tenido predilección por él». También habla de Juan Ortega, que fue su testigo de alternativa, «un torero de mucha pureza».
El torero daimieleño Carlos Aranda - Foto: Tomás Fernández de MoyaTambién admira a toreros de otras épocas como Antonio Sánchez Puerto, Antonio Ordóñez o Diego Urdiales, quienes considera referencias indispensables para entender el toreo en su máxima expresión. «Son fuentes de inspiración para mí y creo que debemos aprender de ellos todos los que estamos en este camino», comenta Aranda, que destaca la importancia de mantener viva la tradición y el estilo puro en la tauromaquia. Para Aranda, el camino hacia la excelencia es arduo, pero es precisamente en esa dificultad donde encuentra la motivación para seguir adelante.
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Con la mirada puesta en el futuro, pero con el corazón en el presente, Carlos Aranda espera cuajar una buena actuación y que pueda cerrar el día asistiendo, como es tradición en su familia desde que tiene uso de razón, a la procesión de la Virgen con su familia. «Ojalá que todo salga como uno espera y pueda ir con mi familia a ver la procesión de la patrona», señala. Daimiel ya espera a su torero el domingo.