30 años de pateras en Canarias

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La ruta hacia el archipiélago, la más peligrosa para entrar de forma irregular por vía marítima a España y una de las más populares, cumple tres décadas de historia marcadas por la muerte y la falta de acuerdo entre las administraciones y la UE

Un grupo de ‘sin papeles’ es socorrido por Cruz Roja tras arribar en la playa de San Agustín (Gran Canaria). - Foto: Reuters

La llamada Ruta Canaria de las pateras acaba de alcanzar tres décadas de existencia. Treinta años de una vía de acceso marítimo irregular a Europa, convertida desde hace tiempo en una de las principales pese a sus cifras muy inferiores a las del Mediterráneo, pero con tasas de mortalidad elevadísimas.

Con motivo de su aniversario, este relato de lucha bien merece un recorrido por su historia a través de siete hitos. Un intento por comprender lo que ha ocurrido en la franja del Atlántico que hace del archipiélago la frontera sur de Europa y donde los convenios internacionales asignan a España la responsabilidad legal de búsqueda y rescate sobre un millón de kilómetros cuadrados de océano.

1994. Dos saharauis en una barca de pesca

El 28 de agosto de 1994, dos jóvenes saharauis inauguraban, sin saberlo, la que tiempo después se empezaría a denominar Ruta Canaria. Llegaron a Fuerteventura en una barca de pesca guiándose por la luz del faro de La Entallada, el punto de Canarias más cercano al continente africano, del que dista solo 100 kilómetros.

Treinta años después, casi 230.000 personas han alcanzado el archipiélago en pateras o cayucos, la mitad, en el último lustro. Y un número indeterminado de individuos -varios miles, en cualquier caso- se han dejado la vida en el intento. Por eso, desde hace tiempo, Naciones Unidas se refiere a esta vía de acceso al Viejo Continente  como una de las «más mortíferas del mundo».

1999. El primer naufragio

Este verano también se han cumplido 25 años del primer naufragio en Canarias. Ocurrió el 26 de julio de 1999 en la playa de La Señora, en Morro Jable (Fuerteventura), cuando una patera se hundió a 300 metros de la costa. Perdieron la vida nueve jóvenes de Guelmin (Marruecos), que habían pagado 4.000 dirhams cada uno (70.000 pesetas de la época, 420 euros al cambio) por subirse a una precaria barca de seis metros que supuestamente les iba a abrir las puertas del ansiado sueño europeo.

2005. Una extraña embarcación alargada

A principios de agosto de 2005, los servicios de emergencia socorrieron una barca con 19 inmigrantes cerca de Agaete, en el noroeste de Gran Canaria. Era rara, más alargada que las tradicionales pateras, y había aparecido en un lugar también extraño, improbable para una embarcación que hubiera partido desde Tan Tan, Tarfaya o El Aaiún. Tenía que haber salido de mucho más al sur.

En las semanas siguiente los españoles comenzaron a acostumbrarse a oír hablar de cayucos, la palabra que describe a las pirogues de pesca de Mauritania o Senegal, barcazas capaces de transportar 100 o 200 personas a distancias de hasta 1.300 kilómetros. No dejaron de arribar. Y la ruta cambió: de las 4.715 llegadas de 2005 se pasó a las 31.678 de 2006, empezaba la crisis de los cayucos.

2009. La tragedia de Los Cocoteros

El naufragio de 1999 en Morro Jable fue el primero que sacudió conciencias en Canarias. Puede que otros sucedieran antes, pero no hubo testigos ni supervivientes que contaran su tragedia, ni cadáveres a los que dar sepultura. Si hubo naufragios previos, fueron «silenciosos», como tantas veces ocurre aún en la Ruta Canaria.

El 15 de febrero de 2009, una patera se hundió a escasos metros de la costa de Los Cocoteros, en Guatiza (Lanzarote). Se ahogaron 25 de sus 31 ocupantes. No es, ni mucho menos, el peor naufragio en la historia de la ruta, que se ha tragado cayucos enteros con más de un centenar de personas a bordo, pero pasados 15 años sigue siendo el de mayor número de fallecidos ocurrido en el archipiélago.

2020. El colapso de Arguineguín

Superada la crisis de los cayucos con el primer experimento de externalización de fronteras en la Unión Europea, a base de invertir millones de euros en convencer a Rabat, Nuakchot y Dakar de que contuvieran los flujos en las mismas costas de partida, la Ruta Canaria volvió a cifras de mínimos. 

Llegaban 200, 300, 400 personas al año, a lo sumo 1.300 en un mismo ejercicio. Ese paréntesis duró casi una década, de 2010 a 2018, coincidiendo con los años de la recesión y los recortes.

La Ruta volvió a calentarse en 2019, los flujos de migrantes del Estrecho de Gibraltar se giraron de nuevo hacia Canarias y en 2020, con el país confinando por la pandemia de covid, miles de personas se lanzaron cada mes desde África a Canarias en pateras y cayucos. Pese a la experiencia de 2006, cogió a España desprevenida y con la red de acogida de Canarias casi desmantelada. En octubre y noviembre de ese año, llegaron las imágenes del «muelle de la vergüenza»: más de 2.500 personas durmiendo durante días hacinadas y a la intemperie sobre el cemento del puerto de Arguineguín, en Gran Canaria.

2023. De nuevo los cayucos

2020 y 2021 fueron los años de Gran Canaria, de Arguineguín, como principal punto de rescate y desembarco. En 2022, la ruta volvió hacia sus orígenes, a los trayectos más cortos, los de Lanzarote y Fuerteventura, que esta vez se cubrían en barcas todavía más endebles y peligrosas en océano abierto, como son las lanchas neumáticas. Y los cayucos estuvieron desaparecidos durante meses.

Así se llegó a 2023. A 3 de mayo, solo nueve migrantes habían desembarcado en El Hierro, pero la isla terminó ese año con 14.098 llegadas, cifra superior a su censo de habitantes (11.154). 

¿Qué ocurrió? Que regresaron los cayucos, varios diarios, todos con destino a La Restinga y más grandes que nunca. El 4 de octubre arribó uno con 271 personas, 75 de ellos menores. Lo nunca visto. Sin embargo, el récord duró solo una semana y media: el 21 de octubre era socorrido otro con 320 ocupantes, el mayor registrado hasta la fecha.

2024. ¿Qué hacemos con los niños?

«Canarias demandará que el Estado y otras comunidades autónomas acojan parte de los menores inmigrantes que arriban en pateras si superan la cifra de 150, algo que no se descarta porque su llegada va a más, anunció hoy el consejero de Empleo y Asuntos Sociales regional, Marcial Morales». Este es el primer párrafo de un comunicado difundido el 19 de noviembre de 1999, cuando la región tenía bajo su tutela a 114 menores.

25 años después, el problema se ha reproducido a escala mucho mayor, con casi 6.000 menas bajo el amparo del Gobierno del archipiélago en una red completamente desbordada, en la que se abren centros de la noche a la mañana si llegan 50 o 100 muchachos en un par de cayucos, o en un fin de semana. El asunto focaliza el debate político nacional, porque Canarias demanda justo lo que pedía en 1999, que el resto de España comparta este enorme esfuerzo.

¿Son muchos 6.000 menores? El 29 de diciembre de 2023, la CNN publicaba esta información: «El Gobierno federal (de Estados Unidos) tiene bajo su custodia a más de 11.700 menores migrantes». La nación más poderosa del mundo, con 337 millones de habitantes, frente a Canarias, con 2,2 millones de residentes y un territorio 1.220 veces menos extenso.