«El propósito de la presente convención es promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente». Este es el primer artículo de la Convención sobre los Derechos de las personas con Discapacidad, el documento aprobado en 2006 y ratificado por España en 2008 que lleva casi dos décadas cambiando la sociedad en su relación con las personas con discapacidad. Un texto que marca los actos de este 3 de diciembre, Día Internacional de la Discapacidad, y que ayer tuvo un adelanto de su celebración con el fin del curso de baile inclusivo de la Fundación Oretania y CLM Activa. Una fiesta que la entidad llevó al colegio Nuestra Señora del Prado Marianistas con el objetivo de romper ideas desde pequeños y llegar a ese cambio necesario para alcanzar una integración completa de las personas con discapacidad. Más de 200 alumnos de los primeros cursos asistieron a esa gala de fin de curso, para que los estudiantes vean que también se puede bailar con una discapacidad física.
Los alumnos vieron «varias modalidades de danza inclusiva», explicó el presidente de Oretania, Eloy Sánchez de la Nieta, donde los estudiantes fueron dando palmas, aplaudiendo y mostrando sorpresa por lo que vieron en el pabellón del colegio. Seis meses de formación han tenido este año en el curso de baile inclusivo, un programa financiado por Fundación La Caixa y que se denomina Bailando sin límites. «En él se pone de manifiesto que no existen limitaciones cuando realmente se pone empeño en superarlas», dijo Sánchez de la Nieta, recordando que todos tenemos las mismas obligaciones y, por lo tanto, «los mismos derechos a acceder al ocio, al deporte, a la cultura». Por este motivo, la intención con estas actividades es «desterrar estereotipos» y mostrar que la diversidad «enriquece a la persona».
«Hoy terminamos con un proyecto que empezamos en junio, una primera parte, con un intensivo, que vine a dar desde Bélgica», explicó José Melgar, encargado de la representación de ayer. Junto a él, las clases las ha impartido María Teresa Sánchez, de la academia Amanecer, todos los lunes. Melgar preparó ayer ocho números para los jóvenes del colegio que incluyeron «técnica, expresión corporal y baile con objetos», sobre un escenario en medio del pabellón.
Cambiar estereotipos a través del baile - Foto: Rueda VillaverdeA la actividad acudió la concejala de Bienestar Social, Aurora Galisteo, quien señaló que esta actividad que se viene realizando desde hace años «tiene una acogida excelente entre las personas usuarias de sillas de ruedas». Galisteo señaló la importancia de llevar esta iniciativa a Nuestra Señora del Prado, un colegio que lleva varios años desarrollando un modelo educativo de integración.
Como ejemplo, el año pasado colaboró con Laborvalía en el musical de El Rey León, en el que se subieron al escenario jóvenes con discapacidad intelectual y jóvenes sin ella, para bailar las canciones de Disney. «Es un colegio que creo que es referencia ahora mismo en nuestra ciudad», señaló Galisteo, para quien «este es el camino» de cara al futuro. «Juntos, todos, de la mano, seguiremos derribando barreras sean del tipo que sean porque en una ciudad inclusiva ganamos todos», concluyó la concejala.
«Desde el colegio Nuestra Señora del Prado, en cuanto nos ofrecieron la oportunidad de poder desarrollar este evento, el colegio se volcó, pusimos todos los medios y personas para que pudiera llevarse a cabo», indicó Guillermo Mayo, responsable de Deportes.
Cambiar estereotipos a través del baile - Foto: Rueda VillaverdePor último, el responsable de la acción social de CaixaBank en Castilla-La Mancha y Extremadura, César Jimeno, agradeció la implicación de Oretania y CLM Activa en el desarrollo de esta iniciativa que permite a su entidad llegar a las personas que necesitan de estas iniciativas para su ocio. «Creo que es una gran idea que las personas que han desarrollado esta actividad, que es una herramienta, porque al final la danza es una herramienta para su inclusión, puedan desarrollarla aquí y que los alumnos del colegio puedan verlo para que vean más cerca las realidades que tenemos», indicó Jimeno, quien apuntó que Caixabank seguirá colaborando con todos estos proyectos «con la inclusión», que es una manera de celebrar el Día de la Discapacidad.
La libertad de bailar sin límites. «El baile me da la libertad y me enseña a aprender a convivir», explica Almudena Morón Maldonado, quien nunca se imaginó cuando empezó a moverse en silla de ruedas que pudiera bailar. «Cuando me lo propusieron fue un orgullo para mí» y mucho más cuando le dijeron que podía hacerlo delante de los estudiantes del colegio Nuestra Señora del Prado.
La iniciativa de baile de este lunes encaja con el lema elegido este año para celebrar el Día de la Discapacidad: nada sobre nosotros sin nosotros, una proposición, que remarca la necesidad de hacer protagonistas a las personas con discapacidad y que sean ellas las que elijan qué hacer con su día a día.
En este sentido, el presidente de Oretania, Eloy Sánchez de la Nieta, apuntó que la idea al ir al colegio era cambiar el modo en que finalizaban estos cursos de baile. Antes siempre se hacían en un espacio ante otras personas con discapacidad o asociaciones del sector y ahora la idea era sacarlo fuera, que otros vieran el trabajo que realizan las entidades para dar garantizará el derecho a un ocio inclusivo. En este sentido, la de ayer fue una gala de fin de curso con todos sus matices, incluidos los cuatro días de trabajo intensivo que han estado los bailarines aprendiendo los números.
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Entre ellos, Rosa Anaya, que ya bailaba antes de estar en silla de ruedas. «Bailaba mucho, cantaba mucho», explica. Cuando empezaron sus problemas de movilidad pensó que «ya no podría volver a vivir una experiencia como esta». «Este grupo y el baile me han dado la oportunidad de saber que se puede seguir», indicó. Para ella hay diferencias en el baile en silla de ruedas y sin ella. «Cambia bastante», pero no tiene por qué ser a peor. De hecho, en su opinión, al estar «más preparado», los bailarines le ponen «más espíritu». «Pretendes que esto salga bien, que lo que haces tenga un resultado hacia la gente» y que se remueva la conciencia para alcanzar el ocio inclusivo.