C omo siempre, Miguel Sánchez-Migallón (Ciudad Real, 8 de febrero de 1995) no duda en dedicarle a La Tribuna unos minutos de los escasos cuatro días que ha podido descansar en Ciudad Real, antes de volverse a enfundarse la camiseta roja de los 'Hispanos' y ultimar la preparación para los Juegos Olímpicos de París. Todavía le queda una semana en Noruega, con dos amistosos, antes de volar el día 22 a la capital francesa, para debutar el sábado 27 contra Eslovenia (9 am). Para el jugador del Benfica será su segunda aventura olímpica, después del exitoso bronce conquistado en Tokio hace tres años, tras 'colarse' en el equipo nacional por la lesión de Viran Morros. Un tatuaje con los aros olímpicos en su antebrazo es testigo de una experiencia vital y deportiva que va a repetir.
Después de estar varios meses lesionado, ¿se esperaba ser elegido por Jordi Ribera?
Creo que había muy poca gente que no tuviese dudas de si podía o no podía estar en la lista, porque solo es una convocatoria de 14 jugadores más tres reservas. Quizás los Dujshebaev sean los nombres más importantes, pero no somos un equipo de estrellas, ni mucho menos, así que no hay nadie intocable.
¿Qué tal la mano?
Muy bien. Tengo ya toda la fuerza. Tardó más de lo esperado pero el hueso cerraba y hacía callo. En la segunda vuelta habré jugado poco más de un mes.
Suficiente para que le llamara el seleccionador. Debe confiar mucho en usted.
Desde el primer momento Jordi Ribera ha estado en contacto conmigo. Desde que me rompí la mano, mi foco estuvo puesto en los Juegos. No sabía si iba a ir pero yo me estaba preparando tanto física como mentalmente para estar a tope, y la verdad que estoy muy contento del trabajo que he hecho, porque me siento muy, muy bien. Estoy en un estado de forma, tanto física como psicológica, muy muy bueno y con muchas ganas de trabajar y de competir.
¿El seleccionador le ha otorgado ya el papel de jefe de la defensa de los 'Hispanos'?
Así es. En Benfica sí que ataco más, pero con la selección sé que si tengo que jugar los 60 minutos en defensa, los voy a jugar. Obviamente, también tengo que dar apoyo en el extremo porque en la lista solo hay uno puro en el izquierdo. Sé que si me necesitan o si pasa cualquier cosa, también tendré que rendir en el extremo. Creo que eso es un poco lo fuerte que tengo de cara a una competición como los Juegos, siendo tan pocos.
¿Firma otra medalla de bronce, como la de Tokio?
Yo voy a París a por el oro. El bronce olímpico ya lo tengo, ¿no? Además, es lo único que me falta con la selección, porque tengo un plata, tengo dos bronces, pero no tengo ningún oro. Yo ya estoy muy focalizado en conseguir la medalla de oro en estos Juegos Olímpicos. Será muy difícil y todo el mundo sabe que las favoritas son Francia y Dinamarca, pero en un cruce puede pasar de todo. Yo confío muchísimo en este grupo.
Con respecto a Tokio 2021, ¿cómo afronta la cita?
Mis primeros Juegos todo fue un poco atropellado porque me llamaron en mitad de la competición y estuve prácticamente hasta el final con jet lag, un poco desubicado, poco mentalizado. Creo que no disfruté la experiencia tanto como me hubiese gustado. Pero ahora estoy preparándome todo mucho mejor, tanto en lo psicológico como en lo físico, disfrutando mucho más el proceso.
¿Con qué momento se queda de Tokio 2021?
Sin duda, cuando ganamos la medalla, fue increíble, No eres consciente de lo importante que es aquello hasta que no te ves con la medalla puesta. Fue inolvidable.
¿Con quién le gustaría coincidir en la villa olímpica, y cruzar unas palabras o hacerse una foto?
Habría muchos deportistas a los que admiro, pero por ejemplo con Carlos Alcaraz, Kevin Durant o Rudy Fernández.
Habló antes de su recuperación mental. ¿Ha pasado algún bache emocional?
En Polonia tuve una época un poco peor porque mi mujer trabaja en Madrid, es periodista, y no podía venir mucho. El hecho de estar allí solo, en invierno, que a las 4 de la tarde ya se hace de noche, fue duro y noté un bajón psicológico, pero estoy muy orgulloso de que eso no afectara a mi rendimiento.
¿Qué tal su primer año en el Benfica, pese a la lesión?
Benfica es un club enorme, con todo lo que hay que tener para poder ganar la liga portuguesa, pero al principio tuvimos problemas. Despidieron al team manager y el proyecto quedó un poco descabezado, y luego vinieron varias lesiones. Acabamos terceros, pero con bases muy buenas para el futuro.