La campaña de riego de este verano ha estado marcada por la sequía, con la reducción de las dotaciones de agua que estableció la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG) debido al estado en el que se encontraban los embalses. Las comunidades de regantes de Torre de Abraham, Gasset y Vicario aseguran que se han ajustado a estas dotaciones y que algunas siembras no se han llevado a cabo al no disponer de recursos hídricos.
La presidenta de la Comunidad de Regantes de Torre de Abraham, María del Mar Rodríguez, explica que la dotación asignada fue de 8,3 hectómetros cúbicos (frente a los más de 20 de otros años), de los cuales han gastado «algo más de 7», de manera que todavía pueden hacer uso de agua para dar riegos de apoyo a leñosos. «Lo poco que nos dieron lo vamos administrando bien», afirmó a este diario para asegurar a renglón seguido que en el caso de los comuneros que se excedieron de la asignación (1.450 metros cúbicos por hectárea), se les cerró el grifo del regadío. Eso sí, este año se ha sembrado «muy poco maíz», un gran consumidor de agua. De cara a la campaña de riego del año que viene, que se analizará hoy en una reunión de la Junta de Gobierno de la CHG, es consciente de que no podrán regar si no llueve y se recarga el embalse.
Por su parte, el presidente de la Comunidad de Regantes del Gasset, Cesáreo Salcedo, comentó que en su caso se les concedieron 260.000 metros cúbicos para riego y les han sobrado 60.000 en una campaña que ya han por finalizada tras haberse ‘ajustado el cinturón’ y no sembrar maíz ni hortalizas.
En cuanto a las previsiones para la campaña de riego 2021, considera que es «pronto para ello» y que dependerá de la evolución del inicio del año hidrológico. No tiene previsto participar en la reunión de la Junta de Gobierno, que será telemática.
El presidente de la Comunidad de Regantes del Vicario, Narciso Ruiz, indicó que en su caso han empezado hace poco a regar debido a que ha sido «una campaña muy complicada», principalmente por un reventón en un arteria principal por debajo de la torre de elevación, en la carretera de Picón, y que tendrán que ajustarse a los 600.000 metros cúbicos que les concedió la Confederación por la escasez de reservas del embalse.