Los medidores ambientales, cuya instalación ha promovido el Ayuntamiento de Ciudad Real y que será el paso previo a la futura Zona de Bajas Emisiones (ZBE), ya están en funcionamiento. Así lo confirmó a este diario el Consistorio después de que la empresa adjudicataria, Kunak Technologies, haya llevado a cabo la instalación de estos aparatos que permitirán monitorizar la contaminación en varias áreas de la capital.
Se han colocado en siete puntos: la calle Calatrava, la calle Alarcos con Tinte, la calle La Mata con General Rey, la calle Toledo (frente a la Puerta de Toledo), detrás de la estación de autobuses, en la plaza Escultor Joaquín García Donaire y en la zona del Hospital General Universitario, en concreto, en la calle Obispo Rafael Torija casi en el cruce con la calle Argamasilla de Alba, mientras que está pendiente de instalar el de la Puerta de Santa María.
Estos elementos permiten medir las partículas contaminantes PM1, PM 2.5, PM4 y PM10 e identifican las partículas totales, por masa y por conteo, detallan a este diario desde la empresa concesionaria, donde recuerdan que existe una legislación, la normativa de calidad ambiental, que establece unos límites de partículas y unos valores horarios dependiendo de cada gas y a partir de los cuales se considera que tienen riesgo para las personas.
Los medidores ambientales, ya en uso, podrán lanzar alarmas - Foto: Rueda VillaverdeEstos medidores tienen unos sensores que permiten transferir la información en tiempo real a una plataforma, del mismo modo que se pueden lanzar alarmas para cada contaminante en el caso de superar los niveles y también fijar planes de calidad del aire si se exceden de manera continuada esos umbrales de contaminación.
Estos aparatos recogerán fundamentalmente la contaminación que se genera a partir del tráfico y ya funcionan en otras muchas ciudades tanto de España como del extranjero. De hecho, la empresa Kunak Technologies tiene presencia en más de 60 países, donde tiene desplegados proyectos de calidad del aire tanto en el ámbito industrial como en el urbano.
En el caso de Ciudad Real, la monitorización de los niveles ambientales se ha vinculado directamente por el Ayuntamiento a la futura Zona de Bajas Emisiones. Aunque se trata de un proyecto que se impulsó por el anterior equipo de Gobierno de la capital, el actual alcalde, Francisco Cañizares, ha insistido en que primero se llevarían a cabo estas mediciones para tener una radiografía de la situación real de la contaminación en la ciudad, y después se redefinirá el área que abarca la Zona de Bajas Emisiones, que el anterior equipo de Gobierno extendió por todo el interior de la ronda.
Los medidores ambientales, ya en uso, podrán lanzar alarmas - Foto: Rueda VillaverdeLos puntos en los que se han instalado las mediciones han sido determinados por el Ayuntamiento, aunque estas se suelen ubicar en zonas representativas que aglutinan un alto volumen de vehículos y también un gran tránsito de personas, ya que el objetivo es determinar si hay partículas contaminantes que supongan un riesgo para la salud y, en ese caso, limitar o restringir el acceso de determinados vehículos a esas zonas. Así, llama la atención que uno de estos medidores se ha ubicado junto al Hospital, fuera del anillo de la ronda, lo que estaría justificado ese tráfico de coches y de personas.
Hay que tener en cuenta que existen contaminantes que se agravan con temperaturas muy altas, ya que la meteorología es uno de los factores que influye en los niveles de partículas, por lo que su lectura durante varios meses permite establecer tendencias o detectar puntos críticos. Los medidores son ya propiedad del Consistorio y este puede decidir posibles cambios de ubicación.