«Teníamos claro que este primer año no lo podíamos perder»

Manuel Espadas
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francisco Cañizares (13 de agosto de 1971, Ciudad Real) cumplía esta pasada semana su primer año al frente de la Alcaldía de la capital

Francisco Cañizares, alcalde de Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de Moya

Farncisco Cañizares valora los doce meses de gobierno, en coalición con sus socios de Vox, en los que el dirigente del PP destaca el giro que ha experimentado la ciudad después de ocho años de mando socialista.   

Un año ya. ¿Se le ha pasado rápido?

Ha sido muy intenso, y la intensidad es lo que hace que tengamos la sensación de velocidad, de rapidez, en el paso de los días. Cuando te faltan horas, se te pasa el día rápido.

¿El primero y el más intenso de los cuatro años de legislatura?

Ya lo veremos, pero es cierto que sí teníamos claro que debía ser un primer año para intentar hacer muchas cosas, para empezar ya a cambiar muchas cosas, porque si pierdes ese  primer año ya sí que lo arrastras los otros tres que te quedan. Este primer año hemos intensificado todo lo que son actividades y asistencia a actos, porque la ciudad demandaba conocer al alcalde nuevo, para contarle las cosas, reunirse con él, lanzarle iniciativas...  Teníamos claro que este primer año no lo podíamos perder.

¿Cuál es la fórmula para estar en tantos actos públicos sin dejar de gobernar, de tomar decisiones?

Eso es lo más complicado, y solamente se puede conseguir teniendo un equipo detrás. El alcalde es la cabeza y es la cara de un equipo y el trabajo lo tenemos que sacar entre todos, si no, es imposible. Por un lado, hay que sacar el trabajo adelante, y por otro lado la  sociedad te exige también que la atiendas, reunirse contigo, que acudas a una celebración  suya.

¿Le ha sorprendido algo?

La verdad es que no, porque yo ya sabía que ser alcalde es muy diferente a ser concejal. Si algo me ha sorprendido, ha sido para bien, y son las sensaciones positivas que te transmite la gente en general. Es algo que es francamente bonito. Ha sido muy gratificante  vivirlo en propia persona.

Habrá habido también algún momento desagradable...

En general, la gente está siendo enormemente educada, te saludan, te pueden pedir cosas por la calle, pero eso no es malo, eso es natural. La gente te cuenta si ha habido un problema en un sitio, si ha habido un tema que les gusta o si no les gusta otra cosa. Pero eso yo lo entiendo siempre como algo positivo. 

¿Que imagen espera que los ciudadrealeños hayan tenido de usted?

Yo quería que en el primer año la gente me conociese, y yo conocer a la gente. He intentado estar pendiente de los asuntos, que vean que soy un alcalde cercano, que soy próximo a sus intereses, que intento acudir cuando me lo piden, que estoy pendiente de los asuntos, que me preocupo por sus problemas. Que vean que tienen en el Ayuntamiento una persona  que está pendiente de sus cosas.

¿Cuántas horas al día es capaz de no ejercer como alcalde, quitando las del sueño?

Muy pocas. Estás todo el día conectado, hasta cuando estás en un ámbito más privado, más personal. Hasta cuando estás fuera de Ciudad Real, de turismo, paseo y me voy fijando en qué bien ha quedado  este suelo, qué semáforo más moderno, qué bien ha quedado esta plaza o que mal ha quedado esta plaza... Ya vas con esa mentalidad. Sé que suena un  poco enfermizo, pero es la realidad.

Cuando llega a casa por la noche, ¿logra desentenderse  del móvil?

La verdad es que no.  Lo llevas siempre encima. Los wasaps son muy socorridos y mi teléfono lo tiene mucha gente, es fácil que 3.000 personas tengan mi contacto. Intento contestar a todos los mensajes que recibo porque creo que es la vía de comunicación que tenemos en la actualidad. Imagino  que hace años la gente se le presentaba al alcalde en la puerta de su casa, que es peor.  

De uno a diez, ¿qué nota le pone a este primer año de mandato?

Un 8,5, sobresaliente bajo, como se decía en mi época de estudiante. Creo que se han hecho muchas de las cosas que teníamos planteadas. Cuando uno entra  en una administración con un cambio de gobierno de 8 años, pues son muchas cosas las que  quiere cambiar, porque durante ese tiempo ves asuntos que quieres  mejorar y al final mejorar supone introducir cambios, y los cambios son siempre difíciles.

¿Qué tal se ha sentido con sus socios de gobierno? ¿Ha estado cómodo o ha habido momentos difíciles, como el de la negociación de los presupuestos?

Aquel momento yo lo circunscribo más a un ámbito de la política de partidos. Entiendo que al haber dos partidos, uno que tiene mucha más fuerza y otro que tiene menos,  el que tiene menos también tiene que intentar lucir cuáles han sido sus logros, buscando  la forma de venderlo, de decirlo. En eso hay que intentar tener comprensión mutua, siempre que yo vea que en el fondo lo que hay es una voluntad de mejorar  las cosas para la ciudad.

¿Llegó a temer que no se desbloqueara la situación, o incluso que se rompiera el pacto de gobierno con Vox?

Yo pensaba que si dependía de Ciudad Real y no había injerencias externas, al final  nos  íbamos a poner de acuerdo. Creo que la política municipal es mucho más de gestión que de ideología, es mucho más de sentido común que de consignas. 

¿Ya ha pasado lo peor, en este sentido? 

Lo iremos viendo. No se puede ocultar que un gobierno en coalición es  más complicado que un gobierno en solitario. 

¿Qué proyectos para la ciudad le gustaría agilizar en el segundo año de gobierno?

Me gustaría encauzar uno muy importante, que es la Casa de la Cultura. Por fin tenemos el presupuesto y tenemos el proyecto y queremos que sea una realidad en un par de años.  Es una obra importantísima a nivel de dinamización social y cultural de la ciudad, de recuperar un espacio histórico. Lo queremos dotar de nuevos contenidos y vamos a tener que colaborar con el Colegio de Arquitectos y la Fundación Fisac.

También queremos darle mayor ritmo al edificio de Las Terreras. Hay un plan de empleo y un arqueólogo ya estudiando el edificio y haciendo excavaciones y prospecciones. Este edificio debe ayudar a una dinamización económica de la ciudad, con un componente de atractivo turístico y como un lugar de referencia  de nuestros productos gastronómicos.

Por fin se ha inaugurado el nuevo tramo de la segunda ronda. ¿Habrá más?

La segunda ronda es un proyecto de ciudad a futuro, que se va a seguir desarrollando según se vayan produciendo las necesidades de la ciudad  en su desarrollo urbano. La segunda ronda no es una vía de conexión de carreteras ni para circunvalar Ciudad Real. Para eso están las variantes, que son las que deben hacer esa labor. El resto de tramos de la segunda ronda se irán haciendo según se vayan desarrollando urbanísticamente las zonas donde están diseñadas. Son calles de la ciudad. 

¿Dará tiempo a ejecutar la siguiente fase de peatonalización del centro antes de que finalice el año?

Vamos a ir ajustados de tiempo. Nos encontramos con la zona de bajas emisiones sin aprobar, ni ordenanza  ni gran parte de los proyectos a desarrollar. Todas las ciudades están teniendo problemas tanto en la implantación de la zona de bajas emisiones  como en el desarrollo de las inversiones que venían aparejadas.  Nosotros le llevamos al Ministerio la voluntad de afrontarlas, de hacerlas,  pero hay dificultades con los plazos. Hace un año nos encontramos con todo sin hacer, pero a pesar de ello vamos a intentar sacar todo adelante.

La obra que más visibilidad tiene en la ciudad es la de la futura ciudad administrativa. ¿Sigue siendo reacio a este proyecto?

No hemos cambiado de opinión.  Como equipo de Gobierno nos parece una mala decisión por parte de la Junta, que no va a favorecer de forma clara a la ciudad.  La Junta decidió que la mayor parte de los fondos europeos  fuesen para una ciudad administrativa que son las oficinas de la propia Junta. No creo que modernice sustancialmente lo que teníamos, solo lo cambia de sitio.  Van a tener unas mejores oficinas, pero yo creo que para eso no hacen falta 40 millones de euros.

Pero lo que más nos preocupa, aparte de esto, es que no se habían estudiado los efectos que iba a tener en el centro de la ciudad ni qué se iba a hacer con los edificios que quedarán vacíos. Yo voy a seguir insistiendo a la Junta en que en esos edificios que quedarán vacíos en la ciudad tenemos que trabajar juntos. La Junta debería pensar en Ciudad Real para la instalación de nuevos servicios, proyectos nuevos, ideas para desarrollar en un futuro. Es una responsabilidad que debe afrontar.

El comercio del centro está muy preocupado con los posibles efectos negativos de este proyecto.

Las actividades de servicios que había alrededor de los servicios públicos se van a ver afectadas. Por eso llamamos la atención sobre que hay que dotar de otros servicios esos edificios que se van a quedar vacíos en el centro. Si no llega a los mismos niveles ni de empleados ni de visitantes, al menos que sí que consiga paliar en la medida de lo posible el vacío que se va a crear.  Y eso hay que pensarlo con antelación.  Es un caso similar a lo que sucedió con el hospital de Alarcos, con el que todavía se está dando vueltas a ver qué hacemos con él, sin saberse quién paga la demolición, si unos u otros.  Son temas que hay que pensarlos desde un principio antes que ir improvisando. 

En este sentido, lo que me llamaba mucho la atención del anterior equipo de Gobierno es que se comportaron como si estuviesen hablando de otro municipio. La Junta puede hacer lo que quiera con sus edificios, pero tú debes velar por que sean decisiones que beneficien a la ciudad. Y no solo esto, porque hablando de zona de bajas emisiones, la nueva ciudad administrativa va a hacer que la gente coja más el coche.

Donde no se ven avances es en la situación del abandonado nuevo auditorio. ¿Qué se le puede decir a los vecinos al respecto?

Que en los próximos meses empezarán a ver que empieza a entrar gente en el edificio para poder estudiarlo y comprobar en qué estado está la estructura que está terminada, después del parón que se produjo en su día y que nunca se pensó que iba a durar tanto.  Una vez analizado cómo se encuentra, se va a proceder a redactar nuevos proyectos sobre ese edificio y sobre los edificios aledaños. Primero para hacer un proyecto lo más asequible posible, y en segundo lugar para fasearlo, decidir por dónde empezamos. Esperamos que este año sea el que empecemos a arrancar en este asunto, iniciando las obras.  Luego habrá que pedir a las administraciones que colaboren con el Ayuntamiento de Ciudad Real y presentar iniciativas de fondos europeos y otras subvenciones que puedan surgir. 

Ustedes lanzaron la voz de alarma sobre la precaria situación del colector y la gran inversión necesaria para solucionar este gran problema para la ciudad. ¿Cómo está la situación después de este primer año de mandato?

Sigue la misma preocupación. Hemos tratado durante estos meses de recabar la ayuda del Ministerio, mandando cartas a la empresa pública que se dedica a ese tipo de infraestructuras, y estamos pendientes a que se nos responda y que se nos concrete la colaboración. Es un tema de saneamiento que no afecta solamente al casco urbano de Ciudad Real, sino también a las aguas residuales de Miguelturra y a las conexiones con el emisario, con aguas residuales de dos poblaciones importantes de la región. Debemos tener también su colaboración, como se hizo la vez anterior cuando se desdobló el emisario.

Necesitaremos colaboración económica, pero también técnica, que es muy importante para nosotros.  Son obras que un ayuntamiento no las ve en generaciones y necesitamos el apoyo técnico para hacer una obra de futuro. Hay un diagnóstico claro del problema,  pero necesitamos la colaboración de otras administraciones y estamos esperando respuestas. Es una de las obras más importantes que tenemos que afrontar, una obra que no se hace en un año ni en dos, se hace en cinco, seis o siete años. Hablamos de cantidades muy importantes que requieren la colaboración de otras administraciones.

Otro proyecto importante para Ciudad Real es el nuevo polígono empresarial de SEPES. ¿Confía en que haya suficientes empresas interesadas?

Se han iniciado las obras y hemos empezado a recibir ya visitas y reuniones de empresarios de fuera interesándose por las condiciones. Al final de este año queremos plantear a SEPES la posibilidad de compatibilizar las obras de urbanización con las obras de construcción de alguna naves, y articular medidas y beneficios fiscales a aquellas empresas que quieran instalarse.  Nosotros vamos a seguir insistiendo a SEPES en lo caro que es el precio de Ciudad Real, tenemos que buscar precios más ajustados a la realidad del tejido industrial.  Nosotros lo haremos por nuestra cuenta, pero sin duda será mucho más fácil  si contamos con la colaboración del Ministerio.  Si uno no es capaz de vender una cosa por un precio, pues algo habrá que hacer.