La Virgen de Peñarroya vuelve a su ermita entre el cariño

La Tribuna
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La tradición se cumplió un año más y la imagen de la patrona de La Solana, la Virgen de Peñarroya, retornó al Castillo. Lo hizo en un lunes nublado en sus primeras horas y que concluyó con la llegada de la deseada lluvia

La Virgen de Peñarroya vuelve a su ermita entre el cariño

La tradición se cumplió un año más y la imagen de la patrona de La Solana, la Virgen de Peñarroya, retornó al Castillo. Lo hizo en un lunes nublado en sus primeras horas y que concluyó con la llegada de la deseada lluvia, pero cuando la imagen ya estaba en su ermita.

Una vez que la Virgen fue descendida del camarín a la carroza procesional, recientemente restaurada, daba comienzo el novenario de su despedida. Contó en una ocasión más con la participación de los diferentes centros educativos de la localidad. Y como manda la tradición, en la noche del domingo siguiente a la festividad de San Antón, fue trasladada la imagen a la ermita del Humilladero. El sonido de las campanas de la torre de Santa Catalina anunciaba la procesión de traslado, que fue contemplada por las numerosas personas que se congregaron en el recorrido, en el que se volvieron a escuchar los "vivas" a la Virgen y al Chatillo.

Abría la procesión el estandarte de viaje de la cofradía, seguido de la Agrupación Musical de Sn Sebastián, que desfiló con el uniforme de gala de la Guardia Civil, interpretando diversas marchas en todo el recorrido. El tradicional baile de las banderas no cesa en todo el recorrido en honor a la Virgen y volvía a dar ese toque típico a todos los traslados procesionales que se realizan tanto en septiembre en la llegada, como en enero en la despedida.

La Virgen de Peñarroya vuelve a su ermita entre el cariñoLa Virgen de Peñarroya vuelve a su ermita entre el cariño

Continuaba el cortejo procesional con el estandarte de gala, custodiado por los faroles, que daban paso a los componentes de la junta directiva de la cofradía, encabezados por la presidenta, Rosa Sánchez, y el capitán de este año, el joven Diego Mateos-Aparicio, que portaba el bastón que le acredita en ese cargo. La carroza de la Virgen, que lucía su manto color fucsia, iba adornada con numerosas flores naturales, y escoltada por los alabarderos, a quienes que seguían el clero de las parroquias de la localidad, así como las autoridades locales, encabezadas por la alcaldesa, Luisa Márquez.

Cerraba el desfile procesional la Banda Municipal de Música, bajo la dirección de Ángel Sancho, que además de interpretar el himno de la patrona también tocó en el recorrido diferentes marchas. Una vez que la procesión llegó a la ermita del Humilladero, la imagen fue bajada de la carroza y colocada en el altar mayor, donde fue visitada a lo largo de la noche por numerosos devotos.

En la mañana del lunes se rezó el rosario en la ermita y se ofició la misa, siendo colocada la imagen en el cochecillo de viaje, donde a las 10,30 volvía a realizar el recorrido hasta la plaza de toros, acompañada por numerosos devotos y un grupo de caballistas.

En el altar de la plaza de toros cerró el cochecillo la alcaldesa, mientras la Banda Municipal interpretaba el himno de La Solana.

Cuando la imagen llegó al castillo, fue recibida por la cofradía de Argamasilla de Alba y autoridades de ambos pueblos. Se interpretaron los himnos marianos de ambas poblaciones, y los cultos continuaron a las 5,30 de la tarde con el rezo del rosario y el canto del himno por los asistentes. Así finalizó el traslado, hasta que la víspera del segundo domingo de septiembre vuelva a hacerse cargo de la imagen la cofradía solanera para ser trasladada de nuevo a la localidad.