El prolífico poeta Santiago Romero de Ávila acaba de publicar un nuevo poemario con un título algo utópico en estos tiempos convulsos: Cuando la paz proclame su victoria. En este libro el autor solanero denuncia los males y adversidades que nos acometen cada día con la esperanza de vivir en un mundo mejor. El décimo libro de su carrera literaria sigue la línea continuista y clásica que le caracteriza y que le ha hecho merecedor de incontables galardones, recordó el Ayuntamiento en un comunicado de prensa.

A través de poemas endecasílabos asonantados, sonetos, romances octosílabos y versos blancos, el autor vuelve a la carga con poemas repletos de anhelos positivos. "Son poemas que denuncian el odio, la mentira, las guerras o el mal que existe en España y en el mundo, pero son poemas esperanzadores y de ahí el título del libro", reveló a la prensa local. Al respecto, reconoció las vicisitudes y problemas que padece la sociedad actual y la dificultad de revertir esta situación a corto plazo. "Estamos dominados por una cuadrilla de locos y es muy difícil convencerles de que hay un mundo distinto de bonanza y de paz". En todo caso, reconoció que sus versos son una buena metáfora para encontrar la ansiada paz.

El poeta dijo que, posiblemente, sea su último libro. "Creo que ya he dicho todo lo que tenía que decir y ahora que vengan otros más jóvenes y que hagan lo que puedan". Confiando en que recapacite, para que siga compartiendo sus creaciones literarias con los demás, lo que tiene claro es su inquebrantable estilo. "Mantengo mi forma de escribir, que no he cambiado nunca, con un clasicismo que seguro no gusta a todos", apostilló.

Rodeado de autoridades, familiares y amigos, el poeta presentó en sociedad este ejemplar que había ultimado hace ya dos años, según reconoció. El auditorio de la Biblioteca Municipal albergó la puesta de largo, que contó con la colaboración del Cronista Oficial de la Villa, Paulino Sánchez, del poeta local Luis Romero de Ávila y de la concejala de Cultura, Ángela Notario. Finalizadas las intervenciones, cuatro nietos del autor protagonizaron unas lecturas que emocionaron a Santiago Romero de Ávila.