A pocos kilómetros de Daimiel, emplazado en la vega del río Azuer que le da nombre se levanta un montículo de entre cuatro a diez metros de altura. Se trata de la Motilla del Azuer, un singular y monumental yacimiento arqueológico que sopla este año las velas de su décimo aniversario. Abrió por primera vez sus puertas al público en 2014, y desde entonces ha recibido más de 72.900 visitantes.
Es el yacimiento más representativo de la Edad del Bronce en La Mancha (2200-1300 a.C.). Así lo reconoció el pasado viernes el arqueólogo municipal, Miguel Torres, quien, en una visita con los medios de comunicación de la provincia para celebrar esta efeméride, aseguró que «este tipo de motillas solo se encuentran en la Edad del Bronce y en el actual territorio de Castilla-La Mancha», donde solo hay 45, de las que ocho se ubican en Daimiel. Pero de entre todas ellas, la Motilla del Azuer es la «única que se puede recorrer por su interior», por lo que «el régimen de visitas es muy específico» con su inicio en el Museo Comarcal y traslado después en autocar a los visitantes. De ahí, explicó, la ausencia de señalética anunciando el yacimiento arqueológico.
La Motilla del Azuer se ubica controlando y explotando un amplio territorio que permitía el acceso a recursos agropecuarios y al abastecimiento del agua, preciado y necesario recurso captado desde el nivel freático del acuífero 23, en lo que hasta la fecha es el pozo más antiguo de la Península Ibérica, y que la última vez que tuvo agua fue en abril de 2013, cuando «se produjo un ciclo húmedo», pues «los niveles van subiendo o bajando según la situación del acuífero y la época». Conforme los niveles hídricos bajaban en aquella época, los habitantes de las motillas accedieron a los niveles más bajos del nivel freático del agua por medios de pequeñas rampas descendiendo más y más en el subsuelo, superando según datos de Torres, los 20 metros de profundidad. Es «la joya de la corona de la motilla» que se ha ido consolidando en el tiempo. A día de hoy, está vacío.
La Motilla del Azuer, una joya de 4.000 años - Foto: Rueda VillaverdeEl pozo es una de las principales singularidades del yacimiento y que «más llama la atención al visitante», quien también pone especial interés en «la forma de laberinto de la motilla y su cantidad de rebecos». «La Motilla del Azuer parece distinta desde fuera a cómo se percibe desde dentro por su gran monumentalidad y espectacularidad», reconoció para explicar después que sus muros concéntricos cumplían la «misión de controlar bienes y recursos esenciales para sus habitantes», quienes «habitaban fuera del recinto defensivo». Esa zona, la exterior, ha sido donde se han llevado a cabo las últimas actuaciones de investigación, como así constatan algunas de las catas que se pueden contemplar en la motilla.
La investigación ha sido y sigue siendo primordial para este yacimiento arqueológico. Los datos hablan por sí solos: en la última década se ha superado el centenar de enterramientos documentados y se han encontrado multitud de utensilios de la época como vasos, vajillas, cucharas, etc. Material que «ha salido en las excavaciones y que ayuda a interpretar y conocer la edad del Bronce», por lo que se encuentra expuesto en el Museo Comarcal de la localidad.
Gracias a la «investigación, conservación y difusión» se han realizado numerosos estudios y proyectos en colaboración con la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Pero el trabajo no termina aquí, ya que el objetivo será continuar avanzando en la gestión adecuada y eficaz de la motilla «aproximándonos a su comprensión y significado». Con ese objetivo, Torres avanzó que la próxima iniciativa consistirá en reconstruir las facciones de un individuo de la Edad de Bronce. «Le pondremos cara a un antepasado que habitó nuestro territorio hace 4.000 años», apuntó.
La Motilla del Azuer, una joya de 4.000 años - Foto: Rueda Villaverdepuesta en valor. El Ayuntamiento, consciente de la magnitud y grandeza de este legado cultural e histórico, decidió ponerlo en valor, marcándose como objetivo principal compartir una de las joyas arqueológicas principales de la Península Ibérica con el resto del mundo. Y lo ha logrado. Pero el camino no ha sido fácil. Su alcalde, Leopoldo Sierra, reconoció que el convenio suscrito entre Junta de Comunidades y Ayuntamiento permite que éste último gestione el recurso, manteniendo el primero la titularidad del yacimiento.
Recordó que desde 2011, el Ayuntamiento ha invertido más de 50.000 euros en un proyecto de puesta en valor que arrancó con una subvención del Organismo Autónomo de Parques Nacionales y resaltó que el «trabajo en equipo» ha sido base del éxito. En este punto, hizo hincapié en la importancia de «conocer lo que tenemos para venderlo» y resaltó la satisfacción de su equipo de Gobierno «por el trabajo realizado en torno al yacimiento estos años».
Para la edil de Cultura, Lourdes Rodríguez de Guzmán, este décimo aniversario de la apertura al público de La Motilla del Azuer es «una fecha especial». Por eso, agradeció el trabajo de los medios de comunicación en la difusión de los valores singulares del yacimiento, y a su vez valoró el grado de satisfacción de los turistas, pues en las encuestas que cumplimentan después de su visita la nota media es de «4,9 sobre cinco». «Es una seña de la calidad turística y del compromiso que tenemos en conseguir que la motilla sea uno de los recursos principales de Castilla-La Mancha y España», argumentó.
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El Ayuntamiento decidió apostar por promover la potencialidad que despierta el yacimiento, y con los años ha consolidado «una punta de lanza» a través de un modelo de visitas basado en la «calidad y marca diferencial» que ha situado a Daimiel en el mapa.