Ricardo Íñiguez (23-1-1979. Alboraya, Valencia) vive su segunda semana al frente del Viña Albali. Aprovechando el parón de Liga, aunque el cuadro vinatero disputa este viernes la final del Trofeo Diputación en el Manzanares Arena frente al Quesos El Hidalgo, la idea ha sido acumular dobles sesiones para ir implementando sus conceptos, donde la solidez defensiva es una de las prioridades. Tras dirigir a Libia en el Mundial, vuelve a hacerse cargo de un club, experiencia que ya vivió en banquillos como los de Maristas, Peñíscola, Elche y Levante.
¿Cómo está el equipo tras esa victoria ante el Noia?
Esos tres puntos fueron un balón de oxígeno y moral para que el equipo siga creyendo en lo que estamos trabajando. Es un refuerzo para los jugadores.
¿Cómo se encontró al grupo cuando se hizo cargo del equipo?
Me he encontrado un grupo de jugadores muy involucrados e implicados, muy pendientes de todas las correcciones. Los jugadores están trabajando muy bien y veo que están muy involucrados en el proyecto. Están con mucha ilusión de cambiar esta situación y de que el equipo pueda ir hacia arriba.
¿Qué errores ha detectado en estas primeras sesiones? ¿La situación del equipo era más táctica o mental?
Es una mezcla de todo. Cuando la mente cae, cae todo lo demás, la parte física, la táctica, la técnica... Cuando no hay confianza te crees peor de lo que realmente eres. Lo importante es recuperar a estos jugadores, que son muy buenos, e intentar que saquen su máximo rendimiento.
¿Cuáles son los aspectos en los que más está incidiendo?
Estamos trabajando mucho en aspectos defensivos y en la estrategia. El gol que metimos ante Noia fue, precisamente de estrategia, y es algo muy importante. También estamos entrenando mucho el juego de pívot, ya sea con Solano o con Carrasco, y todo ello con el objetivo de intentar tener más balón que en el partido ante el Noia. Ese día salió bien, pero muchas veces especulas y sale mal. Lo importante es que en ese partido el equipo creyó en lo que estaba haciendo y ganó.
Comenzar su etapa con una victoria era fundamental…
Sí, necesitábamos salir de esas posiciones de descenso, pero hay que centrarse ya en los próximos partidos. Primero el de este viernes en Manzanares, que aunque pueda parecer un torneo menor no va a ser precisamente un amistoso, y luego ya el de Xota. Ese partido va a marcar de alguna manera si el equipo tira hacia arriba o se queda ahí detrás.
¿Viene bien que no haya Liga este fin de semana para acumular sesiones de entrenamiento y ganar tiempo?
Sí, pero este viernes jugamos ante el Manzanares y es un derbi. No va a ser un amistoso, sino un partido de tener el cuchillo entre los dientes. El equipo quiere dar una alegría a la afición.
¿Cuál debe ser el objetivo a medio-largo plazo?
No me gusta hablar de medio plazo. Prefiero hablar solamente del próximo partido y en Liga, en este caso, es nuestro encuentro con Xota. Pensar mucho más allá es meternos más presión de la que corresponde.
¿Valoran acudir al mercado?
En principio no. Tenemos plantilla suficiente para tirar hacia arriba y confiamos en los jugadores que tenemos. Poco a poco vamos recuperando lesionados. Si los jugadores responden, no debemos ir al mercado.
¿Qué importancia concede al público para el equipo?
Lo primero es agradecer a toda la gente que acompañó al equipo en Noia. Yo les dije a mis jugadores que ese partido era como la jornada 1 y que empezábamos de cero en todos los sentidos, incluido con la afición. Solamente tengo palabras de agradecimiento para esa gente que viajó hasta Noia y se hizo 18 horas de coche. Eso solamente lo hacen las grandes aficiones.
¿Deseando entonces disfrutar de ese público como local?
La verdad es que sí. Con muchas ganas de poder disfrutar de un pabellón lleno y que la gente esté el día de Xota porque puede ser el despegue del equipo. Necesitamos de la afición al 200%.