Los jugadores del Quesos El Hidalgo Manzanares completaron ayer un entrenamiento, cuanto menos diferente. Con motivo de la celebración de la XXXIII Semana de la ONCE, y aprovechando que este viernes se celebra el día de Santa Lucía, patrona de las personas con ceguera y enfermedades oculares, estos deportistas profesionales se pusieron en el lugar de jugadores ciegos, comprobando de primera mano las dificultades de practicar determinados ejercicios sin el sentido de la visión.
El albaceteño Pascual León, director de la ONCE en Alcázar y jugador y entrenador del equipo de Albacete de fútbol 5, fue el encargado de impartir a la plantilla manchega unas pequeñas nociones acerca de este deporte, pasando después a practicarlo, con el balón con cascabel y el antifaz como compañeros por un día.
Los jugadores entrenados por Juanlu Alonso realizaron un calentamiento previo, participaron en dinámicas de grupo con guías y practicaron ejercicios de pases y disparos, con un buen ambiente y a la vez mucha curiosidad.
En las zapatillas de un jugador ciego - Foto: Rueda VillaverdeEntre risas, comentaban las dificultades de realizar un simple pase o de ejecutar bien un penalti. «En cuanto dejas de tener contacto con la pelota ya es imposible", aseguraban.
Manuel Peinado, consejero territorial de la ONCE, indicó que el objetivo de la jornada era que los deportistas profesionales «se pusiesen en los zapatos de una persona ciega y conozcan cómo jugamos las personas ciegas a este deporte del fútbol 5, en el cual hay Europeos y Mundiales».
«Es muy difícil. Solamente ponerte el antifaz ya impone mucho», admitían los jugadores del conjunto manzanareño, que confesaban cómo realizar un simple ejercicio de carrera continua, a lo que están acostumbrados todos los días, se hacía muy difícil con el antifaz tapando los ojos. «Los jugadores ciegos vemos con nuestros oídos», les explicaba Peinado.
En las zapatillas de un jugador ciego - Foto: Rueda VillaverdePascual León advirtió cómo el fútbol 5 para ciegos es un deporte muy técnico al estar prohibido hablar, pues incluso los aficionados solamente pueden animar con el balón parado. «No ver genera mucha desconfianza y eso es lo que más les cuesta. Se suele decir que un equipo profesional puede jugar con los ojos cerrados y con estas actividades queda claro que eso no es así», destacó León, que resaltó la importancia de estas actividades para dar visibilidad al deporte inclusivo y que por un rato jugadores de élite puedan ponerse en la piel de las personas ciegas.
Junto a los jugadores estuvo Ramón Ramírez, uno de los voluntarios de la ONCE, que se mostraba encantado de haber podido compartir esta jornada con sus referentes deportivos.
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La ONCE ha desarrollado también otras actividades similares con alumnos de escuelas deportivas y con los jugadores del Talavera Club de Fútbol.