La Fundación Artemisan ha puesto en valor el lince ibérico como "aliado" de los cazadores, según un estudio realizado en Portugal en el que ha participado la fundación, que demuestra que los cotos de caza que albergan poblaciones de lince ibérico mantienen elevadas densidades de perdices y conejos, sin que su presencia afecte a sus prácticas de gestión.
El estudio, publicado en la revista Journal of Nature Conservation, ha analizado qué implica la presencia de linces en cotos de caza enfocados al aprovechamiento en la caza menor silvestre, ha informado este viernes la fundación en una nota de prensa.
Para ello, se evaluó la abundancia de perdiz roja y conejo de monte en cotos de caza en Mértola (Portugal), donde el lince fue reintroducido en 2015.
Se comparó la abundancia de estas especies y de mamíferos carnívoros en cuatro cotos: dos en los que existían linces reproductores y dos en los que no se conocía de su existencia.
Los resultados mostraron que los cotos con linces tenían abundancias de perdiz cinco veces superiores que los cotos sin linces y que los conejos eran muy abundantes en los cotos con lince, mientras que la presencia de conejos en los cotos que no contaban con este felino era prácticamente anecdótica.
Además, la presencia de esta especie en los cotos hacía que se detectaran muy pocos zorros, mustélidos (salvo tejones), gatos domésticos y meloncillos, mientras que se registraba lo contrario en los cotos sin lince.
Los gestores y propietarios de los cotos afirmaron que estos animales no causaban problemas a la gestión de las especies cinegéticas; todo lo contrario, consideran que son "auténticos aliados", al estar las fincas con linces enfocadas a la caza menor silvestre, y son considerados "guardas de caza".
Además, la existencia de linces no había cambiado las prácticas más importantes de gestión, y continuaban con el aporte de agua y comida, la realización de siembras y el control de predadores con escopeta, aunque, según los propios guardas entrevistados durante el estudio, "cuando hay lince, se nota que hace su trabajo", por los hallazgos de zorros y meloncillos depredados.
Según José Antonio Torres, investigador de Fundación Artemisan, "este estudio es una prueba más de que el lince no es un problema para los cazadores, sino que es un auténtico aliado que está ayudando a la recuperación de especies de caza menor".
Y ha añadido, "el caso de la población reintroducida en Portugal, muy parecido al que está sucediendo en muchas partes de España, ha hecho que muchos cotos que casi habían tirado la toalla con la caza menor, vuelvan a disfrutar de especies como la perdiz y el conejo, siendo posible realizar un aprovechamiento sostenible".
Este estudio es fruto de la colaboración entre la Fundación Artemisan, la Universidade de Tras-os Montes e Alto Douro (Portugal), el Centro para la investigación animal y veterinaria (CECAV-Portugal) y la Universidad de León.