El hedonismo del Siglo de Oro inspira 'El placer'

La Tribuna
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José Sanchis Sinisterra recuerda a los intelectuales republicanos y la «herencia cultural mutilada» al recibir el Premio Lorenzo Luzuriaga, que concede UGT dentro de las actividades del Festival

El hedonismo del Siglo de Oro inspira 'El placer' - Foto: Festival de Almagro

El permanente diálogo entre el Siglo de Oro y la actualidad entablado en el 46 Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro continúa en el Laboratorio escénico «El placer», que realiza Marta Pazos y con el que prosiguen las actividades formativas del programa. La directora de escena, dramaturga, actriz y escenógrafa ha planteado la actividad a partir de sesiones en las que se abordan «aspectos relacionados con el placer desde la actualidad y con cómo se trataba en el Siglo de Oro, muy conectado con el hedonismo», sin olvidar cuestiones como «el dolor o el esfuerzo».

«Planteo el placer como motor de cambio y muy conectado con la creación», ha señalado Pazos al finalizar el primer encuentro con los inscritos en el taller, donde también juega un papel destacado la conexión con el territorio. Se trata en definitiva de «experimentar con el cuerpo» por una parte y, por otra, en crear un ágora para «trabajar el pensamiento alrededor del placer».

El laboratorio de inspiración áurea ha dado comienzo al mediodía de hoy en el Palacio de Valdeparaíso con la bienvenida de la directora del Festival Internacional de Almagro a los participantes. Irene Pardo ha definido como «experiencial y sensorial» esta actividad, en la que se trabaja «desde los sentidos» en dos partes diferenciadas: una «muy Marta Pazos» y otra «muy vinculada al territorio», ya que incluirá visitas a determinados lugares de Almagro que los alumnos solo descubrirán a medida que avancen las sesiones.

Este taller, realizado en colaboración con el Instituto Cultural Rumano y el Centro de Tecnificación Gastronómica (CTG), coincide con el que imparte desde el lunes la autora y directora Vanessa Espín, que también propone un diálogo entre textos del Siglo de Oro y otros contemporáneos en torno al enunciado «La voluntad de un cuerpo».

Reconocimiento a Sanchis Sinisterra

Dentro de las actividades del 46 Festival de Teatro de Almagro, el director de escena, autor y profesor de teatro José Sanchis Sinisterra recibió en la tarde noche del martes el Premio Lorenzo Luzuriaga, otorgado por la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de la UGT. El dramaturgo reconoció sentir una «sensación de familiaridad» con ese reconocimiento, debido a la figura de quien le da nombre, ya que también él es «hijo y sobrino de intelectuales republicanos» y parte de una saga dedicada a la educación. El galardón remite para él a aquella «herencia cultural mutilada» y recibirlo significa «como si de alguna manera los hilos no se hubieran roto del todo y pudiéramos seguir los supervivientes lanzando esa especie de mirada nostálgica a lo que pudo ser la historia de España del siglo XX y XXI y desgraciadamente no fue», señaló.

«José Sanchis Sinisterra está viviendo una vida llena de vidas: director de escena, dramaturgo, profesor, valenciano, latinoamericano de corazón. Quiso ser escritor desde muy pequeño: novelas de aventuras, de piratas… pero todos esos personajes imaginarios necesitaban de un público, de un ritual cómplice y compartido, de una experiencia colectiva, de la creatividad puesta en común, y así apareció el teatro. Un teatro absolutamente necesario», señaló la directora del Festival de Almagro, Irene Pardo en su semblanza del homenajeado.

Al tributo a Sanchis Sinisterra, celebrado en la Casa Palacio de Juan Jedler, se sumó también Marta Pazos, quien recordó un pasaje de Ñaque o de piojos y actores para referirse a «la condición social del actor, concretada en su relación con el público», que el premiado plasmó en esa obra, una de las más conocidas de su dilatada carrera junto a otras también metateatrales como ¡Ay, Carmela! y El cerco de Leningrado.

La Secretaria del Sector de Enseñanza de UGT, Maribel Loranca, alabó la trayectoria docente del homenajeado, que le hace merecedor del premio creado para reivindicar la figura de Lorenzo Luzuriaga, «un valdepeñero ilustre» que «perteneció a una brillantísima generación de intelectuales españoles desgraciadamente truncada» y que luchó en los años 20 por cambiar una realidad en la que «el acceso a la educación era un privilegio y no un derecho».