Nacido en Madrid en una familia de origen cubano, Gabino Diego hizo su aparición en el cine en Las bicicletas son para el verano (1983), bajo la dirección de Jaime Chávarri. A partir de ahí se especializó en personajes de adolescentes abocados a la pérdida de la inocencia. Poco a poco fue mutando hacia otros papeles, casi siempre en el género de la comedia. Su debut en televisión llegó en 1986, con la serie Segunda enseñanza. Al año siguiente le llegaría el momento de estrenarse en un escenario con La fuerza de la costumbre. Este viernes estará en el Teatro Quijano, a partir de las 20.30 horas, para poner en escena La curva de la felicidad, donde le acompañan Josu Ormaetxe, Jesús Cisneros y Antonio Vico.
Viene a Ciudad Real con La curva de la felicidad, ¿cuáles son las claves de esta comedia?
El personaje de Quino es un chico que se ha separado de su mujer y tiene que vender el piso y como sigue enamorado de la mujer y no quiere venderlo decide ir apalabrándoselo a tres personas más. Al final, los compradores terminan viviendo en la casa con él y son cuatro Peter Pan viviendo juntos. Habla también de la crisis de los 40. Se supone que la curva de la felicidad viene en los 40, pero ahora mismo, en el caso de los actores, algunos ya están en los 60. Pero vamos, que la crisis la tenemos igual.
¿Este montaje encierra una cierta crítica social?
Una cosa de la que te das cuenta mirando la función es que todos necesitamos una casa, un techo donde vivir. El trasfondo es la pelea por tener un sitio, por eso todos quieren el piso de Quino. Por otro lado, es algo que es muy habitual, las parejas se separan y unos a lo mejor están más enamorados que otros. En este caso Quino está muy enamorado.
Esta es una obra que tiene ya un largo recorrido y por ella han pasado varios actores, está a punto de cumplir 20 años, ¿cómo se ha ido adaptando el montaje?
Lo bonito que tiene esta función es que por ella ha pasado mucha gente: Pedro Reyes, Pablo Carbonell, El Monaguillo, José Ángel Egido, actores cómicos que han ido aportando muchas cosas a la función. Ahora, cuando llego yo, de repente, tengo que decir cosas que decían ellos, que eran muy divertidas y eso es lo bonito que tiene la función, que ha ido mejorándose y la gente cada vez se ríe más. Lo que he tenido que hacer es tratar de darle verdad al personaje e intentar que el público se siga riendo lo mismo.
Con una obra de teatro que tiene una vida tan larga, ¿hay espectadores que les recuerdan que ya la han visto anteriormente?
En general no ha sucedido mucho. Creo que la gente se ha olvidado o piensan que vio otra función, pero la verdad es que no se da con frecuencia. La gente que ve esta función ahora piensa que ha visto una función nueva.
¿Cómo es trabajar en escena con el propio director de actor sobre las tablas?
Josu Ormaetxe es un director fantástico y un actor muy bueno. Trabajamos todos muy a gusto.
Usted es un actor que brilló especialmente en el cine antes de empezar con el teatro, pero al final, ¿con qué se queda?
Soy una persona que me gusta interpretar. El cine me gusta, pero creo que a cualquier actor que ha conocido el teatro, siempre te dirá que el teatro, porque interpretas tu personaje de principio a fin durante una hora y cuarenta o lo que dure la obra. El cine está muy bien, sobre todo porque al final la función se va haciendo sola, la puedes hacer en Argentina, en París y tal, pero ya no estás tú, está tu imagen ahí, moviéndose. Sobre todo me gusta mucho interpretar en el cine y la preparación del personaje, eso es lo que más me gusta. Luego los rodajes son bastante aburridos. El teatro resulta más divertido.
¿Qué tiene que tener un personaje, sea de cine o teatro, para que se decida a interpretarlo?
Que crea que lo puedo hacer, que crea que lo puedo hacer bien, que sea un papel bonito, si puede ser tragicómico, mejor, que haya comedia, que haya ternura, pues eso es lo más importante, y la historia, que sea una historia interesante.
¿Tiene algún proyecto a la vista para después de 'La curva de la felicidad'?
No, ahora mismo estoy viendo algunas cosas, pero en principio hasta octubre del 2024 tenemos 'La curva'. Estamos todavía con mucha gira por delante.