Los trabajos de reconstrucción facial a partir del cráneo hallado en una de las excavaciones del yacimiento arqueológico de La Motilla empiezan a dar sus frutos. El objetivo es poner 'cara' a una de los antepasados de Daimiel de la Edad del Bronce gracias al trabajo realizado por un grupo de arqueólogos liderados por Miguel Torres y María Isabel Angulo. Se trata de una mujer, cuyos huesos se encontraron en el yacimiento y a la que se ha bautizado como Lazuer, uniendo así el nombre de la nadadora olímpica daimieleña Laura Cabanes y el río Azuer. Es un nombre provisional, declara Torres, al que tendrá que dar el visto bueno la sociedad y el Ayuntamiento.
Los trabajos de reconstrucción comenzaron el pasado mes de agosto, cuando se halló un individuo enterrado en posición fetal con un cráneo que «reunía las características» para hacer una reconstrucción facial. «Conservaba muy bien determinados huesos, sobre todo los de la nariz, que no se suelen mantener, y que son muy importantes a la hora de determinar esa parte de la cara, por lo que se decidió que además del estudio antropológico que se está realizando de todo el cuerpo, se pusiera rostro al cráneo para acercar la historia», señala Angulo, encargada de llevar a cabo la reconstrucción bajo la coordinación de un equipo antropológico de la Escuela de Medicina Legal, en Madrid.
A partir de metodología científica se ha empleado el cráneo como estructura interna ósea y «por medio del modelado se ha sacado el tejido blando». Se han colocado 52 espesores faciales en diferentes puntos de la cara para conocer «el espesor del tejido blando que tendría en cada parte de la cara» para después ir modelando los músculos. De tal forma, prosigue Angulo, los ojos, por ejemplo, tienen que estar alineados con determinado diente, por lo que «todo se hace bajo un manual científico para determinar el rostro que tendría ese cráneo». No se puede asegurar al cien por cien que el individuo tuviera ese rostro, pero «sí que es lo más aproximado», sentencia.
Daimiel empieza a caracterizar el rostro de Lazuer Todos esos trabajos han permitido tener ya el modelo neutro, es decir, lo que es el rostro sin caracterización. De esa forma, la siguiente fase de los trabajos se centrará en esa caracterización: poner color al rostro, la piel, los ojos, el pelo, etc. El objetivo es que la reconstrucción total esté terminada a final de año. Será entonces cuando el Ayuntamiento presente a Lazuer a la sociedad y se deposite en el Museo Provincial de Ciudad Real. En las jornadas de historia, que se celebraron en octubre, se presentó una copia en 3D sobre el original.
Desde que se retomaron las campañas de excavación en 2021, Lazuer es el individuo número nueve en orden de aparición. Tras ser documentado de manera «rigurosa», comenta Torres, se exhumó para trasladarla a la Escuela de Medicina Legal (Madrid) y realizar allí un estudio exhaustivo para empezar la reconstrucción facial por parte de Isabel Angulo. Fue un hallazgo «clave», enfatiza Torres, no solo para La Motilla y para Daimiel, sino también para poner rostro y materializar cómo fue un individuo del asentamiento de hace 4.000 años. De esta forma, dijo, se logra «acercar más a la sociedad nuestro patrimonio y legado», ya que «podemos llegar a saber cómo eran y qué características tenían». «Es importante no solo desde el punto de vista de la investigación y de la difusión», añade Torres.
Lazuer es el primer individuo caracterizado de la Edad del Bronce de La Motilla, pero no el único de la provincia. Antes llegó Boni, que se encontró en el yacimiento de Bonete, en Terrinches.
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El objetivo ahora es que gracias a las excavaciones «puedan aparecer más enterramientos, rostros y hacer más reconstrucciones sobre otros individuos», señala Torres, quien explicó que tras finalizar los trabajos de excavación se trabaja ahora en el análisis de todos los datos que se han obtenido durante la campaña en el yacimiento daimieleño.