No es presidenta, ni forma parte del gobierno.

Tampoco pertenece a ninguna institución del Estado, ni tiene responsabilidades oficiales recogidas en ninguna ley ni la Constitución. Begoña Gómez es la mujer del presidente de gobierno y le acompaña en los actos y viajes que se considera oportuno que le acompañe, que generalmente es cuando los dos, por las razones que sean, lo deciden así. Por lo tanto, que su abogado solicite al juez que anule la citación para declarar el día 18 porque tiene "un viaje oficial" a Brasil, es inconcebible.

Pedro Sánchez sí acude a Brasil, en viaje oficial, para acudir a una reunión del G.20 y aunque Gómez haya recibido una invitación de la mujer de Lula para que se sume al viaje, y ella ha confirmado su asistencia, no se trata de un viaje oficial que justifica la anulación o aplazamiento de su declaración ante el juez. Juez que decidirá lo que considere oportuno, siempre que se atenga a la ley. Pero la persona citada viaja porque le apetece, porque siempre es interesante un viaje a Brasil y tratar a los dirigentes más importantes del mundo y a sus cónyuges. Pero el programa de esos cónyuges no incluyen ninguna reunión oficial. Habitualmente se les preparan visitas culturales, alguna de tipo social, y sumarse a las cenas o almuerzos protocolarios como parejas de los presidentes.

Begoña Gómez cuenta con los recursos que marca la ley para no declarar. Tiene derecho a negarse a declarar, a no responder a las preguntas que la puedan comprometer, o que puedan comprometer a su marido. Es de dominio público que ni ella ni Pedro Sánchez están de acuerdo con el trabajo el juez Peinado, que cuenta con la UCO de la Guardia Civil para realizar las investigaciones pertinentes. Begoña Gómez ha recusado al juez por supuesta falta de imparcialidad, pero no ha tenido éxito. Con toda seguridad no está satisfecha con las noticias sobre supuestas irregularidades, quizá delito, como directora de un máster en la Complutense, más sus derivadas. Pero es lo que hay, y cualquier ciudadano está obligado a cumplir con los requerimientos de la Justicia, excepto en casos muy concretos que contemplan las leyes y los procedimientos. Pero un viaje oficial que no es viaje oficial, sino acompañante de un jefe de gobierno de viaje oficial, no parece una excusa aceptable.

Begoña Gómez presume de ser defensora de la igualdad, y eso no afecta solo a igualdad entre hombre y mujeres, que también, sino a igual trato que el resto de los ciudadanos. En la carta que le manda la mujer de Lula, le pide que acepte la invitación para "avanzar hacia un futuro de mejor igualdad y empoderamiento de la mujer".

Para empoderamiento, el de las mujeres que se sientan en la mesa de trabajo del G-20, elegidas jefas de gobierno por los votantes de sus países. Giorgia Meloni por Italia, Claudia Sheinbaum por México y Ursula von der Leyen por la UE. Ellas sí.