La facultad de Enfermería contó hace unos días con la presencia de tres maestros de lujo: Ángel Zúñiga, Ramona Márquez y Dolores Lozano. Tres mayores que participaron en la asignatura de Enfermería Geriátrica, para explicar en primera persona los beneficios del envejecimiento activo y recordar a un centenar de futuros profesionales de la enfermería que la vejez no todos son cuidados y que en las residencias se vive.

"Para nosotros era muy importante que nuestros alumnos recibieran a personas que vienen a contarnos parte de su envejecimiento activo", comentaron las profesoras de la asignatura, Isabel Ortega y María Dolores Onieva, quienes han llamado a esta iniciativa 'Reinventando el Envejecimiento Activo'. Una de las iniciativas principales de lo que se enseña a los estudiantes es "el envejecimiento saludable" y los mayores que acudieron a la llamada de la facultad representan este concepto para que cuando salgan de la facultad trabajen en "la prevención y la promoción de la salud", a través de esta iniciativa. "Lo que pretendemos es que vean con un reflejo palpable de que se puede envejecer de manera fisiológica y saludable" y "romper el mito que muchas veces se tiene", porque los mayores "tienen mucho que aportar porque tienen mucha experiencia, mucha sabiduría y muchos retos por conseguir".

En este sentido, Dolores Lozano es una estudiante de universidad, de la de mayores de 50 años. Una espina que "tenía clavada, desde joven" porque no le dejaron, "por el machismo". Después se quedó viuda y cuando vio que sus hijos se habían independizado, decidió retomar el sueño de tener estudios universitarios. "Lo estoy disfrutando", aseguró.

Una clase de envejecimiento activo al futuro de la enfermería

Mientras, Ramona López es la encargada en el centro de mayores, 1, de la calle Alarcos, de dar contenido a los talleres de manualidades,. 20 personas integran este grupo, para el que "hay lista de espera" y en el que trabajan diferentes técnicas , siempre cambiando para que no se instalen en la repetición. "Estamos todas ilusionadas", afirmó, a la vez que recordaba que en estos grupos los mayores empatizan "con más gente" y es "muy bueno" para los que están en el centro. "Estamos todas contentísimas de estar juntas, de aprender cosas, porque lo suyo es aprender, como decimos nosotros, para que no se mueran las neuronas".

Por último, Ángel es una persona que se fue a una residencia junto a su mujer, a la Ciudad de Matrimonios Ancianos. "Estamos muy a gusto, porque nos entretienen, en hacer muchas actividades". Él es el ejemplo de que en las residencias se va a vivir, más él, una persona mayor, que se vale por sí misma y que ha decidido irse a vivir a una residencia, por motivos que difieren de la enfermedad o los cuidados. 

Junto a los mayores acudieron a la formación María Elena Carpio y Bianca Gabriela Alexandre, enfermeras de enlace en la unidad de Coordinación Sociosanitaria, una iniciativa surgida en el COVID y que sigue teniendo uso tras la pandemia, para mejorar el diálogo entre las residencias y el Sescam. "Cuando se nos planteó la posibilidad de colaborar con la universidad para que los alumnos de enfermería no solamente conozcan la geriatría desde el punto de vista de la persona mayor que ya está enferma, sino también acercar la universidad a los mayores y los mayores a la universidad", decidieron cooperar, porque cumplir años se puede hacer "de forma muy saludable, haciendo muchas cosas" y "quitar esa imagen de persona mayor enferma". 

Una clase de envejecimiento activo al futuro de la enfermería

Con aplausos recibieron los estudiantes a estos profesores de envejecimiento activo, antes de una clase magistral en la que recordaron que la clave es seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida, como parte del envejecimiento activo. 

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