El Caserío volverá a enfrentarse al Villa de Aranda este miércoles (20.15 horas) en la primera eliminatoria de la Copa del Rey en el Quijote Arena. Cinco meses después de verse las caras en la fase de ascenso a la Liga Asobal en Burgos, donde los ribereños ganaron por la mínima, las dos escuadras debutan en el torneo copero, en el que la pasada campaña el equipo amarillo fue la auténtica revelación, convirtiéndose en el primer equipo de Plata en clasificarse para la fase final por méritos deportivos.
El Villa de Aranda terminó ascendiendo a Liga Asobal y al frente de su banquillo continúa el manzanareño Javi Márquez, que de esta forma regresará a casa. «El Quijote Arena es muy especial para mí. Han sido tantas horas de trabajo que para mí es parte de mi casa. Estoy muy contento de regresar a Ciudad Real y volver a ver a mucha gente querida», repasó ayer el preparador manzanareño.
Tras siete jornadas disputadas en Liga Asobal, el Villa de Aranda es penúltimo con 3 puntos y en su lucha por la permanencia afronta este sábado un partido muy importante ante el Benidorm. Por ello, encontrar un equilibrio entre no perder el foco en la competición liguera y afrontar con garantías la Copa ante un conjunto de categoría inferior será clave. «Tengo una plantilla medianamente larga y podré hacer rotaciones», admite Javier Márquez, que del Caserío analiza que «mantiene la base del año pasado. Es un equipo muy competitivo y aguerrido. Ofensivamente este año tiene un juego más vistoso y creo que sigue creciendo».
Por todo ello, espera un partido «con un ritmo alto entre dos equipos a los que nos gusta defender y correr. La clave estará en imponer la defensa», aseveró.