El programa EMPU-G finalizó el curso con dos campamentos para jóvenes y una jornada de convivencia para madres. Cada una de las actividades se desarrolló en escenarios distintos y llevaron aparejadas numerosas dinámicas lúdicas, deportivas y educativas que fomentaron la cohesión grupal y otros muchos valores.
Casi un centenar de adolescentes (97), con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años participaron en los campamentos de verano. Un total de 28 jóvenes eran de La Solana, y se unieron a otros semejantes procedentes de Miguelturra, Manzanares y Tomelloso. El grupo de pequeños disfrutó de cuatro intensos días en el albergue El Cañaveral de Valdepeñas, mientras que el colectivo de medianos y mayores hicieron lo propio en el albergue San Juan en Riópar.
Las actividades programadas durante los diferentes días se centraron en un ocio activo saludable y en el fomento del trabajo en equipo y la cooperación entre los participantes. También se puso especial atención al sentido de la orientación, a la toma de decisiones y al respeto del medio ambiente, entre otros conceptos. Dentro del apartado de talleres, destacó la elaboración de varios 'hoteles' para insectos que se redistribuyeron por las diferentes zonas del albergue para potenciar la fauna animal de la zona.
El programa EMPU-G clausura el curso con varias excursionesLos chavales también practicaron diversos deportes. Por un lado, realizaron una gymkhana predeportiva para resaltar la importancia de un buen calentamiento previo, y otra de carácter olímpico, con el fin de concienciar a los adolescentes sobre los beneficios del deporte y el aprendizaje de hábitos saludables. Los de menor edad disfrutaron igualmente con el rocódromo y la tirolina, descubriendo así nuevas alternativas de ocio, fomentando su desarrollo personal y favoreciendo su gestión emocional. Los adolescentes se divirtieron jugando al fútbol, voleibol o en la piscina, además de la realización de talleres de pulseras personalizadas. Unas actividades de ocio alternativo, ideales para evitar el uso excesivo de las nuevas tecnologías.
Por otro lado, el programa EMPU-G, coordinado por la Asociación Pokhara, volvió a celebrar una nueva jornada de convivencia dentro del proyecto 'Círculo de Mujeres'. La actividad reunió a trece madres de adolescentes de las localidades de La Solana y Manzanares, todas ellas participantes de este proyecto, que pasaron dos días en la pintoresca aldea de Peñolite, en la provincia de Jaén.
Las participantes se involucraron en diversas dinámicas diseñadas para fortalecer la cohesión grupal, mejorar la inteligencia emocional y fomentar la colaboración. La convivencia no sólo permitió a las mujeres compartir experiencias y construir vínculos, sino que también las dotó de herramientas y prácticas para apoyar a sus hijos adolescentes en su desarrollo personal y social.
El programa EMPU-G clausura el curso con varias excursionesEl encuentro fue posible gracias a la financiación de un proyecto del Cuerpo de Solidaridad Europeo y la Asociación Pokhara, además de la colaboración de los ayuntamientos de La Solana y Manzanares. El éxito de esta iniciativa, refleja el compromiso del Programa EMPU-G y de la Asociación Pokhara en promover el bienestar emocional y la cohesión social entre las familias de nuestra provincia.