Castilla-La Mancha es este 2024 Región Europea del Deporte. En La Tribuna queremos contribuir también con nuestro granito de arena a la conmemoración de este año y por eso hemos contactado con una treintena de castellanomanchegos vinculados con el deporte para que nos cuenten desde dentro cómo es su mundo y qué lecciones podemos sacar de su experiencia. A lo largo de este mes de junio podrán leer cada día los testimonios de deportistas de élite, de los que están empezando y de los que acaban de dejarlo, de quienes han sido olímpicos o paralímpicos y de quienes lo serán en solo unas semanas en París, de quienes son entrenadores, directores deportivos, guías o incluso seleccionadores.
«Con 14 años no opté a ir un centro de alto rendimiento por ser mujer. eso es injusto»
La élite del deporte olímpico en España está subida a una piragua, «la mayoría de las medallas en las olimpiadas» las consigue el equipo nacional de piragüismo. Un deporte en continuo ascenso al federarse cada vez más gente, cuenta la palista de K2 Arantza Toledo.
Miraba «desde el puente» cómo su hermano mayor se subía a una canoa. Con 8 años y tras la insistencia de su madre para que las dejasen entrar al club de piragüismo a ella y a Celia (su hermana menor), «se enganchó» a la embarcación en equipo K2. Ha formado pareja en numerosas ocasiones con su hermana, triunfando recientemente en el campeonato de España, y con su compañera Irati Osa, con quien ha logrado ser bronce en 2019 en el Mundial de China.
Allí su hermana también consiguió el mismo metal, uno de los momentos que más emoción le genera de su carrera como deportista: «Ganamos nuestra primera medalla internacional juntas». Sus referentes han sido siempre las personas de su entorno más cercano, «mis hermanos y amigos del club». A nivel nacional, Saúl Craviotto y Teresa Portela son los máximos estandartes del piragüismo. «He intentado parecerme a las húngaras», especialmente a Sofía Boros, reconoce. Tiene cierta envidia sana con ese país, «donde es disciplina y deporte nacional», con una gran repercusión mediática.
Sus inicios no fueron fáciles y manifiesta que las ayudas «han sido diferentes entre mujeres y hombres». «Con 14 años no opté a ir a un centro de alto rendimiento por ser mujer», denuncia. «Eso es injusto, si hubiese sido un chico sí habría ido», por ello tuvo que quedarse en Cuenca para poder seguir formándose como piragüista.
La conquense reclama más financiación para que Castilla-La Mancha pueda llegar a ser referente a nivel nacional. Pone el ejemplo de Galicia donde «tienen varios centros de alto rendimiento» de donde salen grandes deportistas. Es una de las razones por las que muchos atletas migran entre comunidades, ella traslada sus entrenamientos a Aranjuez (Madrid) por las condiciones del río.
Piensa que el futuro del deporte pasa por hacerlo más atractivo y «visual» para el espectador. Así, la modalidad que ella practica en algún momento podrá equipararse a la olímpica y llegar a unos Juegos: «Creo que van a recortar las distancias para hacerla más accesible al público» y que sea parecida al sprint de 200 metros.