Serrano: "En los Juegos el atletismo es el deporte rey"

EFE
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El entrenador natural de La Solana tiene a varios de sus pupilos en los Juegos Olímpicos de París, donde "vamos a intentar ser lo más competitivos posibles"

Antonio Serrano. - Foto: EFE

Amor y pasión por el atletismo. Primero como atleta y después como entrenador. Así se podría resumir la vida de Antonio Serrano, que puede presumir de haber dirigido a algunas de las grandes figuras del atletismo español en las últimas décadas como Juan Carlos Higuero, Juan Carlos de la Ossa, Pablo Villalobos o Adel Mechaal.

Antonio Serrano (La Solana, Ciudad Real; 1965) trabaja dentro de la estructura de la Real Federación Española de Atletismo y desde hace treinta años ejerce como entrenador. Antes, como atleta, fue especialista en pruebas de fondo, campo a través y maratón, siendo el primer español en romper la barrera de 2h10 en maratón con 2h09:13 y un tercer puesto en Berlín'89.

P: ¿Cómo afronta unos nuevos Juegos?

R: Hay que tener siempre esa valentía, esa alegría, esas ganas de vivir unos Juegos. A nivel atlético es como un Mundial pero la diferencia es convivir con todos los deportistas juntos. Para mí ya no es un sueño pero me gusta que mis atletas cumplan ese sueño.

P: ¿Cómo se mantiene un poco la ilusión y la motivación de llevar tantos Juegos y seguir ahí?

R: Mi trabajo es una vocación, me encanta y disfruto con ello. Luego el objetivo de todas las temporadas es tener en el alto nivel al máximo de atletas en las grandes citas y los Juegos es una de ellas. La ilusión y las ganas se tienen siempre pero el alto nivel tiene mucha presión. El atletismo no es un deporte como otros, que puedes tener la clasificación tres o seis meses antes, sino que aquí se cierra casi en el último momento. Ha habido un par de meses duros de trabajo mental y de ansiedad para lograr la ansiada mínima.

P: ¿Cómo ha vivido todo el periodo de clasificación con las llamadas mínimas de competitividad?

R: Como entrenador, al igual que a los atletas, nos ha dado un poco de presión y ansiedad, sobre todo a los que han estado en el límite. Pero eso también pasaba cuando había una mínima fija. Había atletas como Irene Sánchez Escribano o Marta Pérez, que tenían la mínima del año pasado, y hemos tenido que hacer una puesta a punto para hacer esa marca de referencia, más suave que World Athletics, pero no es fácil del todo. Lo sabíamos y hemos tenido que ajustar los entrenamientos para tenerla a la vista. ¿Justas o no? Estaban ahí. Es importante que después de este revuelo se sienten atletas y federación para consensuar qué ha pasado. Sé que la gente lo ha pasado mentalmente mal. Cuando había mínima de un tiempo también se pasaba mal. Ha sido un poco duro para los que han estado más en el límite.

P: ¿Ha cambiado mucho el atletismo desde su época de atleta?

R: En Seúl'88, estando en la villa, llamaba cada semana, con monedas y solo quince minutos. Me acuerdo del entrenador de José Manuel Abascal, que tenía piedras en la mano y contaba las vueltas tirándolas al suelo. Han cambiado los métodos mucho. No tiene nada que ver cuando entrenaba con Martín Velasco a cuando empecé a ser entrenador. Ha cambiado todo. No solo mejoran las zapatillas sino el tema científico, la forma de entrenamiento y el atleta también es más profesional. Si lo que sé ahora lo hubiera aplicado en mi época hubiera hecho mejores marcas.

El deporte de alto nivel tiene unas características que hace 30 años no existían. Yo tengo un método de lo que tienen que hacer día a día, de físico, pero luego el entrenador pasa muchas horas planificando también con el nuevo sistema de competiciones. Después hay que hablar con el mánager para que las consiga y con el equipo multidisciplinar. Lo que hacía Martín Velasco conmigo no tiene nada que ver.

P: ¿Qué importancia le da a la salud mental?

R: Para mí es de gran ayuda que los atletas vayan teniendo un equipo multidisciplinar. Cuando viene una chica joven, como Daniel García hace cuatro años, viene a pelo. Yo soy el referente principal pero ahora tiene un equipo con un preparador físico, que lleva tema de fuerza, y otras personas que la ayudan. Cuanto mejor equipo y más ayuda tengan mejor. Yo quiero que estén bien las dos horas que están conmigo y que su cuerpo y mente estén lo mejor posible para afrontar la competición de alto nivel.

P: ¿Cuando un atleta quiere entrenar con usted en qué se fija?

R: Mi evolución fue grande, sobre todo en los años dos mil, cuando di el paso a entrenador y cuando cayó en mis manos Juan Carlos Higuero, un diamante en bruto. También llegó Juan Carlos de la Ossa, Loli Checa o Diana Martín, que ganó un bronce en 3.000 obstáculos en un Europeo.

Antes también los atletas venían a estudiar una carrera y eso ahora ha cambiado porque se puede estudiar en cualquier ciudad. Con beca o sin beca en la Blume trabajábamos en Madrid. Ahora la federación quiere tener un control sobre los atletas que tiene cada entrenador. Cada septiembre tenemos que pasar a la federación el grupo de atletas y ellos dan el visto bueno. Quieren que los entrenadores de alto nivel tengamos atletas de alto nivel. Antes me llamaban atletas y ahora, aunque me siguen llamando, paso la lista para que la federación dé el visto bueno. Antiguamente sabía quien venia y ahora es la federación la que reparte con quien entrena, así conformo mi grupo. Este año igual tengo dos o tres bajas y tres altas. Yo quiero tener variedad, no solo puedo tener grupos de arriba sino gente joven que llegue arriba.

La tercera generación es mi hija, Daniela Martín o Marina Martínez. Gente de dieciocho o veinte años que espero que en tres o cuatro estén arriba. También tengo de segunda generación a Esther Guerrero o Marta Pérez, que en unos años lo dejarán. Tengo que trabajar al cien por cien con los que están arriba sin descuidar a los de abajo. En Madrid tenemos un Centro de Alto Rendimiento muy bueno pero la ciudad es muy cara. Hay plazas restringidas. 25 de atletismo interno para todos los deportes. Es poco. Tengo en la Blume a cuatro o cinco y los demás están fuera. Últimamente la gente se resiste a venir porque puedes estudiar en muchos sitios. En el CAR se entrena bien pero hay pocas plazas.

P: ¿Ha tenido que decir a mucha gente que no?

R: Los últimos años he tenido que decir a gente que no alguna vez. Por ejemplo hace poco un padre ha contactado conmigo por Instagram. Me decía que tenia un hijo y un amigo que corre en 1:53 y 1:55 en 800 y he tenido que decirle que con ese nivel no puede entrar en mi grupo. Pero además de por ese nivel es porque yo tengo ya un grupo de 18 o 20 atletas. Para mi tanto el atleta de máximo nivel como el jovencito es un trabajo al cien por cien y si no puedo ofrecer esa dedicación lo digo aunque tengo la suerte que me dedico solo a esto.

P: ¿Qué implica ser entrenador de alto nivel?

R: He tenido una pareja veintidós años, que además era deportista, Natalia Azpiazu, y hemos estado genial, pero he tenido que hacer muchos viajes, muchos campeonatos, alguna vez la he dejado sola con las niñas y eso igual ha podido ir erosionando la relación. Ahora sí lo puedo hacer porque no tengo el compromiso de la pareja y mis hijas son mayores y están en este mundo del atletismo pero tengo compañeros con hijos pequeños para los que estar 48 o 50 fines de semana fuera de casa es muy duro. Son elecciones y es así. No me arrepiento de nada de lo que he hecho pero, si hubiera podido, la vida personal la hubiera cuidado un poco más.

P: ¿Cómo es entrenar a una hija?

R: Como ella está dentro del grupo la entreno como una más pero de vez en cuando oigo 'papá, papá' y tengo que mirarla y darla alguna indicación. A Marta también le gusta el atletismo. Cuando estamos en casa, porque vive con su madre unos días y otros conmigo, hablamos de atletismo y me pregunta cosas. Sufro con todas igual y con mi hija también, es duro. Soy como el segundo padre de algunos. Irene Sánchez Escribano dice que me ve más a mi que a su padre. No puedo tener predilección por ninguna cuando compiten todas juntas. Una hija es una hija pero me pongo igual de contento cuando gana una que mi hija. Me alegro por todas.

P: ¿Cuál es el mayor talento que ha pasado por sus manos?

R: Juan Carlos Higuero ha sido un talento pero últimamente siempre digo que el mayor talento y el que tiene mayor capacidad de entrenamiento y el que tiene más fortaleza física es Adel Mechaal. Un atleta como él no creo que lo pueda tener más en mis manos. Juan Carlos Higuero era un talento pero nunca llegó a entrenar tanto como Adel Mechaal. Es un atleta que entrena muchísimo y sin embargo su cuerpo tiene una fortaleza que aguanta lo que entrena.

Dentro de mi grupo de atletismo lo que tengo que hacer es individualizar el entrenamiento. Del entrenamiento de Jakob Ingebrigtsen que vio en Sierra Nevada Mechaal puedo copiar cositas pero ese método no puedo hacerlo con Marta Pérez o con Irene. Con cada uno hay que hacer lo que le va bien. Es decir, el entrenamiento también ha evolucionado mucho. Yo he leído mucho de lo que hacen los kenianos, de lo que hacen los americanos, de lo que hace la gente que está arriba. Pero hay cosas como el doble umbral que no quiero utilizar con un atleta que ya lleva doce años entrenando con otro método y que con sus años tiene más dolencias y más molestias. Si le meto más entrenamiento lo que puedo hacer es romperle.

Y si con el entrenamiento que ha estado haciendo ya ha conseguido unos éxitos y unos resultados, pues vamos a seguir con ese plan. Un atleta joven que venga o un atleta que vea que tenga fortaleza pues intento hacerle esas mezclas de entrenamientos pero lo importante es individualizar para que cada uno llegue a su éxito. Unos necesitan un camino y otros, otro.

P: ¿Qué perspectivas tiene con sus atletas en París?

R: La verdad es que los Juegos Olímpicos de Tokio fueron muy buenos con los atletas que llevé. Tuvimos la mala fortuna de que Carolina Robles se cayó. Eso hizo que fuera la decimocuarta. Es mejor que se hubiera clasificado sin caerse y en la final hubiera luchado por algo más pero en la final fue la catorce. Luego lo que hicieron Irene Sánchez Escribano, Adel Mechaal y Marta Pérez fue tremendo. Cada carrera mejor marca.

¿Qué pasa ahora? Hay que analizar cada una. Carolina e Irene están entre las 36 que se han clasificado pero pasan a la final solo 16. El año pasado Irene estuvo a punto de pasar pero en el último 400 pinchó y no pudo. Por marcas van a llegar la 26, 27 o 28. Para estar entre las 16 primeras tienen que hacer el carrerón de su vida. Vamos a intentar que lo consigan pero pueden pasar a la final como quedar la veinte. Estar entre las 36 mejores del mundo en una prueba como los obstáculos es algo que también tiene que valorar la gente y los medios, que se creen que solo valen las medallas o quedar primeros. Estar es un gran paso.

En París vamos a intentar ser lo más competitivos posibles. Intentaremos que pasen a la final pero si no pasan tampoco es una desgracia. Marta Pérez y Adel lo mismo. Marta es madura, está mejorando sus marcas y repitiéndolas pero de las 45 que van tiene la marca 25 o 26. Lo primero es pasar a semifinales y después tratar de llegar a la final. Para eso debe estar en un nivel de bajar de cuatro minutos bien. Y luego un poco la suerte de la serie, que te toque una serie asequible. La idea es pasar a la semifinal y luego soñar con la final. En el caso de Adel es un atleta que se conoce mucho. Ahora para 3:30 o 3:31 hay muchos atletas que lo hacen cada año. Su objetivo es pasar a la final y una vez en la final luchar por ser medallista.

P: ¿Cuál es su mejor recuerdo de unos Juegos?

R: Mi mejor recuerdo fue en Tokio con las dos pruebas de 1.500, tanto Adel como Marta Pérez. Fueron pasando de ronda y lo hicieron muy bien pero no puedo olvidar esa final de Higuero en Pekín, en la que fue quinto y por un tema de doping de un rival cuarto. También peleamos por la medalla y estuvo cerca. Cuando fue octavo en Sydney con 23 años, muy jovencito, en aquel estadio, viéndole pasar rondas, también es un momento que queda grabado.

P: ¿A qué nivel sitúa al atletismo dentro del programa olímpico?

R: Cuando practicaba deporte había baloncesto, fútbol, balonmano y atletismo. Lo ponían en directo. Ahora en directo es más difícil porque hay muchos más deportes. En los Juegos opino que el atletismo, aunque sea en la segunda semana, es el deporte rey. Todo el mundo quiere ver un rato aunque el resto del año no lo vean. Y es muy llamativo que todos los deportistas quieran ir a verlo un día al estadio. Tengo la experiencia de ver al equipo de baloncesto o balonmano entrando al estadio. En los Juegos, puedes ir a la delegación del COE y pedir una entrada para otro deporte. Yo he visto balonmano, baloncesto...y al resto les encanta ver al menos un día el atletismo, también porque se hace en el Estadio Olímpico. Es el deporte más universal, en el que participan todos los países y en el que conseguir una medalla es mucho más difícil. Puede ganar una persona de países muy desarrollados o de países que ni conocemos. La competencia es enorme.

P: En los últimos años se ha abierto el debate de las zapatillas, algunas con precios de hasta 500 euros. ¿Una zapatilla puede ser diferencial?

R: Diferencial ya no es porque todos usan las mismas zapatillas. Algún año Nike estuvo en la cabeza, la veías en las competiciones, y estuvo en la cabeza y se veía diferencia pero ahora no. Todas las marcas llevan zapatillas de última generación. Luego está el tema de los populares, que puedan comprar unas zapatillas de este tipo para rascar cuatro o cinco minutos. Es un debate que hay que dejarlo. Yo creo que es un tema también científico y de que los atletas son cada vez más profesionales